En México se estima que uno de cada 115 niños tiene autismo y cada año se diagnostican 6 mil 200 nuevos casos. Se calcula que la prevalencia es mayor que la del cáncer, diabetes y sida pediátrico juntos. Especialistas consultados consideran que en la CDMX habitan por lo menos 60 mil niños, de los cuales, 10 mil padecen en grado severo este trastorno.
César Reynoso Flores, neuropediatra del Centro Neurológico ABC y director de la Clínica de Trastornos de Comunicación y Autismo, afirma que a pesar de que en México existen instituciones que atienden a personas con este padecimiento, éstas no son suficientes o resultan incosteables para la mayoría de la población mexicana.
“El autismo es un problema de salud pública, hay muchos niños con autismo y los lugares donde se atiende de forma pública esta enfermedad son muy pocos” aseguró el especialista.
Reynoso explica que es un problema de la función cerebral de origen genético, una dificultad de las habilidades cerebrales y que resulta importante desmitificar que sea producto de una mala crianza o hasta un castigo consecuencia por alguna acción de los padres, “los papás que tiene hijos con autismo muchas veces son discriminados, en las escuelas no los aceptan, no los atienden igual, la gente los juzga, entonces hay que dar mucha información.
Hay que explicar y que sepan que el autismo ayuda a que los otros niños sean más tolerantes, a ser una sociedad que acepte la diversidad, porque a fin de cuentas el autismo es eso, es diversidad en la habilidad cognitiva, no es que estén enfermos, es que las habilidades cognitivas de estos niños funcionan de otra manera y, entonces, hay que saber cómo funcionan para ayudarles, entenderlos y facilitarles la vida”.
Destacó que el costo aproximado del tratamiento por paciente puede llegar hasta los 50 mil pesos al año.
María Marroquín Segura, presidenta y directora de la Clínica Mexicana del Autismo y Alteraciones del Desarrollo, destaca que el mayor reto a vencer para la sociedad respecto a este problema es “que realmente haya una concienciación de lo que es el trastorno y se puedan dejar de lado tantos prejuicios para que todos sean responsables y partícipen de esta inclusión, primeramente, en casa.