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La vida en la calle de la basura

by Redacción tijuanaenlinea
VIVEN EN LA CALLE DE LA BASURA

Fernando Chagoyán Kaplun

Tijuana, 15 de octubre de 2022.- En las calles del centro de Tijuana, cada vez es más común encontrar esquinas donde la gente deja su basura. Montones de desperdicios se pueden observar en distintos puntos y si uno tiene suerte, hasta se puede topar con gente que, con sus bolsas, suman a la contaminación de la ciudad.

Ante la falta de una digna recolección de la autoridad municipal, y poca o nula conciencia de algunos vecinos, todos los días se ven montones de bolsas y desechos por las vialidades.

La falta de contenedores en la zona centro, ha convertido a esta demarcación, en un basurero clandestino, un foco de infección y un escenario poco agradable para quienes caminan por sus calles, pero lo que para algunos podría tratarse simplemente de desperdicios, para otros, en contra parte, lo ven como una muy buena oportunidad de obtener un beneficio.

“Trato de buscar cosas que estén buenas. Voy y las vendo al centro. Cositas que tengan valor. Esta monedita me va a dar algo. Es un llavero. De perdida me dan 20 pesos”, dijo Martín López Chávez, mientras revolvía desechos mal olientes.

Justo después de que una persona deja su basura, comienzan a llegar aquellos que saben buscar lo que consideran el tesoro perdido.

“Las miro y, cuál está más gorda. Estará más llena esta, como dinero. Así las miro. La más gorda, siempre llego yo y, esta es para mí. Me he encontrado teléfonos, cadenas, relojes. Me ha ido bien”, dijo Cristian Valdés, Pepenador.

Se trata de personas en situación de calle, quienes logran cambiar algunas monedas a cambio de lo que encuentran entre los desechos, entre la comida echada a perder, botellas rotas, agujas o incluso, alguno que otro animal muerto.

Eso no les impide seguir buscando, no. Para ellos cada bolsa, puede ser la diferencia entre comer o no ese día.

“Es algo no muy agradable, pero es una necesidad. No te digo que vivo bien, pero en cierta manera tengo que agradecer que sobrevivo” Dijo Cristian Valdés, Pepenador.

Y no se trata de romantizar las oportunidades que hay entre la basura. La realidad es que, en el municipio más poblado de México, las necesidades son muchas y las opciones para estas personas, los sin techo, sin hogar, a quienes la vida les ha arrebatado todo y que los ha orillado incluso, a comer de la basura, son escasas.

“Tengo desde el 97 aquí, jefe. Me pongo a llorar en el bordo. Y lloro y digo, cómo quisiera estar con mis hijos y con mi señora, porque ellos me hablan y me dicen, papi, por qué no estás con nosotros. No puedo porque no puedo correr. Y lloro” Dijo Martín López Chávez, pepenador.

Y las historias se repiten en un vaivén infinito, el sueño americano frustrado, la droga en sus cuerpos, la falta de oportunidades y la marca en sus frentes, es que los manda hasta el último eslabón de una sociedad que ve a estas personas como criminales, mal vivientes, adictos y sin futuro. Sin recordar, que son seres humanos, con sueños y metas anestesiadas, que fueron niños, jóvenes con oportunidades y ahora, en la basura encuentran esperanza.

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