Por Fernando Chagoyán Kaplun
Tijuana a 27 de mayo de 2022.- Los llantos de una madre se escuchaban a lo lejos en el arroyo Alamar, después de que le dieran terrible noticia de que una bala certera le arrebató la vida a su hijo.
El cuerpo estaba tendido sobre la canalización de río, ni la policía municipal, ni el ejército le permitieron a la progenitora acercarse al cadaver, pues su hijo, un joven de unos 35 años, era parte de la escena de un crimen.
La noticia de un asesinato corrió rápidamente. El reporte llegó a las autoridades alrededor de las 6 de la mañana, citaba que en la colonia Las Torres parte baja se había perpetrado un crimen, otro más que se sumaba a las 676 victimas de homicidio registradas en lo que va del año.
Al llegar, los elementos acordonaron la zona y se percataron que no sólo se trataba de uno, sino dos los homicidios cometidos en el mismo lugar. Fue entonces cuando llegó la madre de uno de ellos y pudo reconocer el cuerpo de quien años atrás, llevó en su vientre.
El otro cadaver, el que todavía no ha sido identificado por sus familiares, se encontraba a unos cien metros del hijo de quien lloraba inconsolablemente.
Esta segunda víctima de la inseguridad, quedó casi sentada, inerte, en un hueco enla tierra que parecía servir de refugio. Ambos sujetos rondaban los 30 años, ambos fueron ultimados por posibles disparos de arma de fuego.
El arroyo Alamar fue escena, una vez más, de la delincuencia, de la inseguridad, esa que todos los días provoca que una madre llore por un hijo que no volverá a casa.
