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LA NOCHE DE LOS NAHUALES- Benjamín M. Ramírez

by Redacción tijuanaenlinea

Benjamín M. Ramírez

 

  • Mexicorrupto: cuestión de enfoque.

  • De sismos y el calor de los huracanes, al vaivén político.

  • Reforma educativa: una realidad aplastante.

 

Tanto como ayer, desde el inicio del imperio mexica, nuestras raíces descansan en realidades creadas. Tal como lo afirma el doctor Miguel León-Portilla, refiriéndose a Tlacaélel: “dispuso se quemaran los códices o libros anales, en los que el pueblo mexica aparecía débil y pobre, y se reescribiera su historia a la luz de la grandeza que estaba alcanzando” (LEÓN-PORTILLA, 2004).

 

Así empezó la grandeza de un imperio: un origen y grandeza creados ex profeso.

Pasados los años de la Colonia, el mexicano vuelve a crear mitos, “realidades ficticias”. La necesidad de dioses, ídolos, héroes y caudillos es evidente en su persona cuya identidad desconoce y rechaza.

 

Al mexicano errante le cuesta asumir el peso de su mestizaje, el del oprobio, de la negación y el ser postergado. Extranjero en su propia tierra. Dueño de nada y de todo: de sueños que raramente serán concretados.

 

Muy dado a creer en los rumores y propagarlos, el mexicano descansa disfrutando la anécdota y el cuento, la leyenda y los mitos de un pasado glorioso, que rechaza en la realidad que lo interpela. Le es muy dado “ir al jale”, “jalar”, “a la chamba” o a “la chinga”. No trabaja. “Se chinga”. Para todo, él es bueno porque  “se cree muy chingón”.

 

Incapaz de generar los cambios que necesita, tanto en su vida privada como social, posterga los compromisos al máximo. Le es muy dado en pagar hasta el último día. De estirar la liga a lo máximo, liga que muchas veces termina por estallar. Cree en las “chicanadas” o “mexicanadas”. Se atraganta y rara vez se alimenta. Se llena pero no se nutre.

 

Entonces llega el cura Hidalgo, denominado por la historia oficial como “El padre de la Patria”, porque en general, el mexicano es huérfano. Ausente la progenitora, es incapaz de tolerar que se le recuerde. De ahí la necesidad de re-inventar nuestra historia patria. De saber que existió una época gloriosa en el que se peleó por la emancipación del yugo español. Yugo que sigue soportando a través de las empresas de ultramar. De esos que te dejan 10 millones de dólares como propina.

 

Se habla de los criollos valerosos, de los curas, que inmortales, se les recuerda en el nombre del avión presidencial. La figura del mestizo y del indio queda relegada al anonimato.

 

En la revuelta de 1910, fueron los grandes hacendados ansiosos del poder los que encabezaron las revueltas en contra del poder. El indio sólo sirvió como carne de cañón para apuntalar a los ambiciosos de la silla presidencial. Hoy como ayer, el aborigen no encuentra su lugar en el quehacer de “la nación, humana y generosa”. Nos inventamos porque la realidad es más difícil sin sueños.

Y así, entre sueños y mentiras, el mexicano gesta su vida cotidiana. Es conocedor de los oprobios que le causa el poderoso, lo tolera y lo admira con la vana esperanza de que “un día” no muy lejano recibirá “el castigo divino”. Sumergido en su letargo y hartazgo ancestral, espera el momento que nunca llegará. Incluso así, es capaz de esperar y creer en milagros e imposibles.

 

El indio no olvida. Se retuerce ante las afrentas y se traga su rabia. Le es imposible luchar contra el poderoso. Niega y somete su fuerza interna. La rabia la desfoga vociferando improperios en los partidos de futbol y en el box. Culpa siempre a un tercero de sus desgracias, a su sino o a lo divino porque no es capaz de asumir la realidad histórica que le compete.

 

El mexicano pierde ganando y gana perdiendo.

 

Alemania y Japón, tardaron menos de 5 décadas en ponerse de pie y asumir el liderazgo económico, tecnológico y político a nivel mundial. Nuestra nación celebra 200 años de una independencia que aún no da frutos. Los más pobres viven en las mismas condiciones allende al movimiento de independencia.

 

¿Qué le falta a nuestra nación en estos días? ¿Una erupción volcánica? Huracanes, sismos y desacuerdos políticos. Protestas en Chiapas y Oaxaca. Momentos álgidos que propician liderazgos naturales y oportunismos oficiales.

 

La apuesta del gobierno federal en ponderar la reforma educativa me parece irrisoria. He recorrido gran parte del país. Conozco la realidad de escuelas y su entorno. De jóvenes que recorren grandes distancias para llegar temprano a las clases, habiendo salido muy temprano de sus comunidades. Planteles careciendo de lo básico: agua, luz, sanitario y drenaje. Con albergues que parecen más a barracas abandonadas en tiempos de guerra.

 

Doy testimonio de muchos docentes que se afanan en su cotidianidad, en su preparación académica, abandonando a la familia para atender a sus alumnos en comunidades alejadas. Trasladándose en camión de “redilas”, de esos que transporta el ganado, caminar largas jornadas. Correr en los días de pago.

 

Maestros que invierten parte de su salario en la falsa creencia de “Invierte en tu cerebro porque tu cerebro te llenará los bolsillos”. El grado académico no asegura un buen salario y tampoco un mejor trabajo.

 

Un homenaje a estos maestros que disfrutan de su trabajo docente cantando en medio del monte, con el lodo hasta las rodillas, que descansan en la casa del profesor: un cuarto venido a menos, acondicionado con un catre, un petate y un fogón. Sin gas ni agua corriente. Silbándole al viento notas del corazón.

 

Un saludo afectuoso a quienes con su esfuerzo, dedicación y empeño e inversión, concluyeron su Maestría en Educación Media Superior en la Unidad 022-Tijuana de la Universidad Pedagógica Nacional, UPN. Dos años de esfuerzos, de ansiedad y desvelos.

 

Gracias a los doctores Eilen Oviedo, Edgar Salazar, Venegas y Soto Angli.

 

Compañeros: Zenia, Bertha, Tere, Nora, Magali, Madrigal, Sialiqui, Mayra, maestros todos. Ha sido un placer haber aprendido con ustedes.

 

Que la Reforma Educativa del Secretario Nuño les haga justicia en sus haberes.

 

Gracias, UPN.

Benjamín M. Ramírez.

Es profesor de Educación media Superior. Candidato a Maestro por la Universidad Pedagógica Nacional, UPN. Cuenta con una amplia trayectoria como profesor universitario. Ha sido profesor de Opinión Pública y Propaganda. Posee con una especialidad en Filosofía. Colabora esporádicamente en algunos medios regionales del sur de Veracruz. Ha sido corresponsal en Radio en su natal Veracruz. Es experto en temas electorales y propaganda.

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