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LA NOCHE DE LOS NAHUALES-Opinión

by Redacción tijuanaenlinea

La deuda de Kiko, un problema de educación financiera.  Economía en el aula.

La evasión de la responsabilidad y la falta de tacto humano en Baja California ha dado como resultado una crisis de grandes dimensiones reflejada en la deuda que sostiene el ejecutivo estatal con docentes jubilados quienes deberían, desde hace varios años, estar disfrutando de los frutos de su pensión, y con los docentes interinos, quienes no han percibido la gracia de la seguridad que brinda el disfrutar de un salario. Existe un principio elemental del derecho: la justicia, que consiste en darle a cada quien lo que le corresponde.

Las protestas, en sus diversas manifestaciones, han devenido en docentes que abandonan las aulas para apoyar y pugnar por los derechos de los afectados. Incurriendo los involucrados: gobierno, sindicato y profesores, en la comisión y configuración de diversos delitos de forma directa, tanto por acción como por omisión, al lesionar con ello,  un bien jurídico tutelado: el derecho del niño a ser atendido en el aula.

Han de conocer, mis dieciochos lectores, el problema que aqueja a los docentes de educación básica agremiados a la sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio de la Educación, SNTE, encabezado por María Luisa Gutiérrez Santoyo. Quien, hasta hoy, no encuentra o no ha querido encontrar, los mecanismos y artilugios legales para obligar al gobierno estatal de Baja California a cumplir con las demandas en los pagos de pensión y salarios a los maestros afectados al amparo de su bandera seccional.

Es irrisorio y hasta incongruente que año con año, protesten por las mismas demandas y en fechas anticipadas a las elecciones en el cortijo nacional. ¿Es posible resolver el problema en una sola maniobra?

El problema no sería tal,  si el desaseo que impera en las arcas estatales y la deuda que subyace en las mismas, fuera resuelto en buena lid. Como eso es casi pedir un milagro intento aclarar y encontrar,  a través del caldero, respuestas a las preguntas que obligadamente se hará cada uno de los afectados y que usted también debería realizar.

¿Dónde está el dinero de la pensión? O ¿Quién se quedó con el dinero?

¿En dónde se usó el dinero que debería estar ahorrado?

¿Quién autorizó el uso o disposición de dichos fondos?

¿Cuenta con solvencia líquida, el gobierno en turno, para cumplir con los pagos?

¿En qué sexenio empezó el desvío de recursos?

¿Existe una responsabilidad penal y administrativa por el uso indebido de los recursos ahorrados por los docentes afectados?

¿Podrá Kiko Vega sufragar los pagos?

¿Continuará la emisión de cheques signadas con cantidades ridículas como pagos en una nómina extraordinaria?

¿La emisión de dichos cheques constituye una estruendosa burla al magisterio?

¿No debe asentarse una penalidad en contra del ejecutivo y sus representantes por incumplimiento de pago?

Al no cumplirse con los pagos en tiempo y forma ¿La moratoria genera un interés a favor del afectado?

¿Y los niños?

¿Los padres están en posibilidades de demandar al docente, a la institución escolar, a los directivos, a los funcionarios de la educación, al Estado de Baja California por la omisión de una responsabilidad de brindar el servicio de educación a los infantes?

Imagino a la madre soltera, a los padres, que lidian con no saber dónde dejar a sus vástagos en los días de suspensión, porque en muchos casos, la escuela funciona como guardería.

También entreveo al docente que se atrasa en su programación y dosificación de contenidos  de aprendizaje. Percibo, asimismo, al maestro “liberado” que no ha recibido su pensión, como el personaje del Gabo, Gabriel García Márquez, en “El coronel no tiene quien le escriba”. El coronel, esperanzado y desolado, en recibir la buena nueva de que su pensión ha llegado. “Dime, qué comemos”…

En esas vueltas sin sentido, el coronel va “al paso de lanchas” a esperar el correo, como Sísifo, en su camino a la cumbre, infructuoso, estéril y sin beneficio alguno en las gestiones sindicales. ¡Dese otra vuelta en la semana próxima!

Quiero, estimado lector, que visualice al profesor interino que se encuentra bregando inmerso en el limbo legaloide que es el laborar sin el pago respectivo, con la semana de “fondo” que se traduce en mes o años “sin fondos”. Con la complicidad que implica esas “gestiones” de la cartera sindical involucrada.

El mentor, en sus intentos de rebeldía lo obligan a abandonar el aula y buscar un trabajo donde sí pueda devengar un salario expedito, digno y seguro. Sin embargo, esas ansias de abandono se detienen como el fiel amante que desea darle a su pareja una nueva oportunidad para la catorcena entrante…

“Para la catorcena entrante…” así, hasta la eternidad. ¿Sabrá el docente afectado que aún no cuenta con una clave de pago? ¿Qué no ha sido dado de alta en el sistema? ¿Qué su líder ni siquiera sabe de él ni gestiona el pago de su salario?

Perciba la mirada perdida en la nómina que firman sus compañeros del centro de trabajo y el que su nombre no esté plasmado y por lo tanto no puede estampar con puño y letra su firma que supone la liberación de una deuda que se antoja impagable… para pagar sus traslados, su alimentación y el sustento de la familia.

Imagine usted, a quien brinda el sustento en su hogar, llegar con las manos vacías: el refrigerador, la alacena; los servicios, agua, luz, gas, telefonía, internet, salud, vestimenta, diversión… Llega la pregunta obligada de los pequeños.

─ ¿Hoy si te pagaron, papá?

El rostro desencajado, la impotencia en su esplendor, la furia contenida, todo resumido en un patético:

 ─ No. Ya no preguntes.

 ─ ¿Por qué no buscas otro trabajo, papá? Uno donde si te paguen.

Entonces empieza el rosario incontable de préstamos: entre parientes y conocidos en tanto “me paguen”. Con todo lo que supone en la firma de un pagaré.

 Ahora, parecerá que suena a fantasía, a ficción, pero sucede. ¿Quién en su sano juicio se aventura en trabajo sin paga? O con una promesa de pago, que de suyo no se sabe cuándo y cuánto llegará. Conozco casos de primera mano en donde el profesor interino ha abandonado el trabajo por falta de pago después de meses sin recibir su sueldo.

Pregunta obligada ¿Quién cobra o quién se queda con ese salario ya devengado y que no se pagará?

No me parece justo. No lo es. En el sentido de que un gobierno sensible y atento a las necesidades de la población buscaría los mecanismos y posibilidades infinitas para atender el reclamo justificado de los sueldos que no se han otorgado, de las jubilaciones que no se han entregado. Porque en el quehacer de quien gobierna debería imperar el orden, tal como lo afirma San Agustín: “Cuida el orden y el orden cuidará de ti”.

Sin embargo, lo que tenemos a simple vista es un gobierno insensible a esta demanda cuyos efectos legales han descuidado los dirigentes sindicales, descobijando a sus agremiados, y rayando en la línea delgada del deber cumplido en una omisión intencionada de antemano.

A sabiendas de que el gobierno no puede o no quiere pagar en su tiempo los salarios ya devengados, el SNTE, autocomplaciente, se presta para este tipo de jugarretas en perjuicio del trabajador a quien en sus cláusulas ha jurado defender.

¿Debería contar el sindicato con un “fondo de emergencias salariales”? Así como el “fondo de resistencia” para poder apoyar en su momento al agremiado al que no se le paga y cobrar con intereses al gobierno en turno la cantidad adeudada por varias catorcenas, con la seguridad de que el “gobierno siempre paga”.

¿Debería el gobierno del estado estar en posibilidades de cubrir los adeudos a los maestros jubilados e interinos no por buena voluntad sino porque toda deuda incluye un pago de intereses a partir de la morosidad del deudor, según lo estipula el código civil? En este caso, el SNTE debería exigir el pago de intereses. ¿O de lo perdido, lo recuperado es ganancia?

En algunos casos, y sólo algunos, a los maestros en servicio y que están frente a grupo, se les debe por conceptos de sueldos que no han sido cobrados al haberles asignado otro grupo que atender sin contar con una clave autorizada. Lo irrisorio del caso está en el hecho de que si el profesor falta se le acredita su respectivo descuento. En qué momento se pierde toda lógica. No te pago pero si te descuento.

Y si volcamos la mirada hacia los líderes sempiternos del SNTE y de otros sindicatos, nos llevaremos la agradable sorpresa de que lejos de defender los intereses de sus agremiados primero prevén lo que el patrón está en posibilidades de proporcionarles como beneficios personales y de la jauría del comité en turno, o el reclamo de favores recibidos antes y durante el proceso de elección de la planilla ganadora. Estos acuerdos son valores entendidos dentro de la jerga sindical y sientan los precedentes de los problemas recolectados.

Ahí tenemos a Erika Ayala Ríos, del SUITCOBAEV, en Veracruz. Cacique sindical durante ya casi los 17 años al frente de los destinos de los maestros y trabajadores del Colegio de Bachilleres, senadora suplente y titular de la CNOP, amén de otros cargos y títulos cosechados a raíz del poder, en mi sufrido Veracruz.

O el titular del sindicato de telefonistas, el de los extintos ferrocarrileros, SUTERM, STPRM,  o el matusalén de la CTM, Fidel Velázquez, por designar casos concretos y sólo algunos nombres como muestras de figuras alegóricas que aquejan los verdaderos liderazgos y una acción determinante del quehacer sindical cuya esencia brotada de la sangre y muerte de los mártires nunca podrían advertir cómo su sacrificio y dolor se convierten en una amalgama de intereses variopintos de corrupción, compadrazgos y favores.

Lo irrisorio de todo lo anterior es que el Secretario de Gobierno de Baja California, Francisco Rueda dirigiéndose a los maestros invitados a un desayuno,  les aseguró que el gobierno no cuenta con dinero para pagar a los jubilados e interinos. Pero que tuvieran la certeza de que el Ejecutivo Estatal “está” realizando hasta “el último esfuerzo” para poder reunir la cantidad necesaria para sufragar este gasto que rebasa algunos miles de millones de pesos.

Luego Kiko Vega, en la misma perorata  de su subalterno: tengan la seguridad de que mi gobierno “trabaja” gestionando los recursos ante el gobierno federal para poder pagarle a los maestros lo que se les debe. El gobierno tiene la “intención”, manifestaba. Frente a maestros, frente a compañeros del gremio. Nadie protesto, nadie alzó la voz…

Recapitulando: Que a Kiko Vega no le enseñaron a sumar, sólo a restar. Entonces la culpa es de los docentes que tuvo.

Ni maestros ni educandos cuentan con una educación financiera como la sugerida por el autor de Padre Rico, Padre Pobre, Robert Kiyosaki, o los vídeos “Matando las Vacas Sagradas” y que usted sí puede visualizar a través del portal www.youtube.com y así evitar o por lo menos, conocer el por qué se enfrentan las deudas financieras.

Que los niños, enfrentan un futuro gris, porque en el salón de clases no aprenderán negocios ni finanzas porque no se ha visto como una necesidad educar en economía desde el aula.

EN EL CALDERO: Los pecados de Norberto Rivera.-     

LA PÓCIMA: Lo que se guisó en el Edomex será el menú que se sirva en el 2018. Y que AMLO ha cometido los mismos pecados del pasado: no contar con una estructura sólida para cubrir todos los frentes, incluyendo las triquiñuelas del PRI-GOBIERNO.

 

Benjamín M. Ramírez.

Es profesor de Educación media Superior. Candidato a Maestro por la Universidad Pedagógica Nacional, UPN. Cuenta con una amplia trayectoria como profesor universitario. Ha sido profesor de Opinión Pública y Propaganda. Posee con una especialidad en Filosofía. Colabora esporádicamente en algunos medios regionales del sur de Veracruz. Ha sido corresponsal en Radio en su natal Veracruz. Es experto en temas electorales y propaganda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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