Queretaro.- Consuelo Ríos vive en el municipio de la Peñuela, en Querétaro, algunas veces le toca ir a buscar despensas para algunas de las personas que viven en su comunidad, se levanta desde muy temprano para ir a la Central de Abasto de Querétaro a realizar voluntariado para recibir alimentos frescos, cereales y abarrotes.
Ella es beneficiaria de la organización de Bancos de Alimentos de México, que opera en el país desde hace 22 años y cuenta con una red de 53 bancos dedicados al rescate de productos alimenticios.
Las despensas que recibe tanto ella como los beneficiarios del programa en su comunidad tienen un valor simbólico de unos 50 pesos en promedio por la recepción de una despensa que va desde los tres hasta los 12 kilos de frutas, verduras y abarrotes, en Querétaro, la organización que dirige Angela Quintana atiende a unas 14 comunidades en situación de vulnerabilidad en la entidad.
La distribución, abundó Quintana se hace en dos pequeñas bodegas de la Central de Abastos, aún cuando ya se cuenta con un centro de distribución que podría triplicar la población atendida; sin embargo, el lugar cuya construcción fue un esfuerzo compartido del gobierno Federal y la organización, no se ha podido poner en operación desde hace unos cuatro años.
Consuelo lleva un año como beneficiaria del programa, “nos ha ido muy bien, algunos dicen que la comida no sirve pero ni a mí, ni a mi familia nos ha hecho daño, la comida siempre viene bien y nosotras mismas la escogemos”, añadió en entrevista con Notimex al referir que las despensas que reciben le alcanza para alimentar a su familia y solo gasta poco dinero en complementarlas.
La encargada de Alianzas Estratégicas de Bancos de Alimentos México, Esther Escárzaga, explicó que cada año se desperdician 20.4 millones de toneladas de alimento en el país; ello, no sólo deriva en que continúe habiendo hambre en todo el territorio nacional, sino que desperdiciar alimento contribuye en la generación de gases de efecto invernadero, aunado a que al pudrirse genera plagas y enfermedades en el campo.
A su vez, añadió que en el mundo el desperdicio de alimento tiene una tendencia clara; en países desarrollados los alimentos se desperdician, la cadena final de venta, es decir, en los autoservicios y en las casas de las personas, mientras que en los países en vías de desarrollo se origina en el campo y en las zonas primarias de producción, así como en el manejo postcosecha de los alimentos.
Así, detalló que dicha estimación es sólo para unos 27 grupos de alimentos que se desperdician, por lo que la cifra podría ser mayor, aún así, precisó que las 20.4 millones de toneladas de alimento que se desecha representan 58 mil toneladas de alimentos que cada día se van a la basura y que además generan unas 30 mil toneladas de gas de efecto invernadero, “podemos resolver muchos de los problemas del desarrollo sostenible al evitar el desperdicio de alimentos”, puntualizó.
Algo estamos haciendo mal si tenemos tanta riqueza y no la estamos aprovechando”, señaló al explicar que la organización cuenta con una red de 53 bancos de alimentos afiliados en una asociación civil, dedicados al rescate de alimentos en cualquier parte del país.
Así, detalló que no se trata de desperdicios o comida en estado de descomposición, sino del recaudo de alimentos en las cosechas que no son recibidos por cuestiones de tamaño u otras causas ajenas a la calidad nutricional, o bien, de alimentos que se preparan en hoteles y restaurantes que jamás salieron de las cocinas pero que ya no se van a consumir; así, explicó, se trata de la recuperación de alimentos en buen estado para mitigar el hambre en el país.
Tan solo el año pasado, dijo, se entregaron alimentos a alrededor de un millón 200 mil familias y se rescataron 128 mil toneladas de comida, lo que les garantiza una porción de 280 gramos de alimento por día por persona, lo mínimo indispensable sugerido por la Organización de las Naciones Unidas.
A su vez, explicó que rescatar alimentos derivaría en el cumplimiento de seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; asi, se podría resolver el problema del hambre en el mundo, el referente al desperdicio del agua, así como de los efectos del cambio climático y el educativo debido a que al tener a niños mejor alimentados impacta en su desarrollo cognitivo.
Henri es agricultor del Rancho San Nicolás de los Pérez Riojano, en Tequisquiapan, siembra brócoli pero destina 5.0 por ciento de la producción a la donación debido a los beneficios que le genera, aunado a que las primeras cosechas cumplen con los estándares solicitados por los compradores, aunque al tratarse de diversos ciclos de cosecha, las últimas incumplen aspectos relacionados con el tamaño del producto más no con la calidad del mismo y prefiere donarlos que desperdiciarlos.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora cada 16 de octubre, la firma Kellogg´s realiza una serie de actividades de voluntariado en México, Guatemala, Colombia y Ecuador, mientras que en Brasil se hará una colecta con Bancos de Alimentos de artículos que más requieren las personas en situación de vulnerabilidad.
Además, para conmemorar este día, la firma en México realiza actividades de voluntariado entre sus colaboradores, en esta ocasión para recolectar brócoli; ello, aunado a la donación de alimentos y la entrega de recursos a la organización por alrededor de 40 mil dólares al año, dinero que se destina a un fondo revolvente para Bancos de Alimentos México, explicó en entrevista con Notimex, la gerente de asuntos corporativos para Latinoamérica, Jessica Daniel.
En este sentido, Esther Escárzaga detalló que dicho fondo se utiliza para pagar fletes para distribuir alimentos, invertir en sueldos para que jornaleros levanten cosechas que de otra forma iban a dejar perder así como en trabajos de logística; sin embargo, consideró la necesidad de establecer alianzas con más firmas para combatir el hambre en el país.
El año pasado, la organización recaudó más de 128 mil toneladas de alimento, más de 55 mil kilos, es decir, 43.1 por ciento en frutas y verduras, y más de 73 mil kilos, que equivalen a 56.9 por ciento en alimentos no perecederos que beneficiaron a 281 mil 543 familias con seis mil 939 paquetes alimentarios.