¿Todo lo que sube tiene que bajar? Para el caso del precio de las gasolinas en México esa posibilidad se torna complicada al menos en el corto plazo . Y es que para que el combustible tipo magna y premium, así como el diésel sean más baratos – más allá de unos centavos- es necesario que se cumplan varios factores, a decir de especialistas
A nivel interno, es necesario que el gobierno federal y empresas como Pemex propicien un contexto en que bajen costos de producción y operación de los combustibles, se genere mayor competencia entre los vendedores de gasolinas y hasta desaparecer el impuesto que recauda vía la venta de éstas (IEPS).
“Por lo menos van a ser años, por lo menos dos años y si el gobierno (mexicano) no despolitiza el precio de la gasolina pues vas a tardar todavía más tiempo”, dijo a Expansión el director de análisis de CI Banco, Jorge Gordillo Arias.
“Para que sea una bajada de precios estructural, una bajada que sea sostenible, que no sea solamente por temas de inventario y de producción temporal, tiene que ver más bien con costos de transporte y operación, por un lado, y costos de Pemex de la producción de gasolina y diésel y también el costo de transporte, son los ítems más importantes”, indicó por su parte la vicepresidenta Senior Credit Officer de Moody’s México, Nymia Almeida.
A nivel externo influyen factores como el tipo de cambio y el precio de las importaciones del combustible, los cuales están completamente fuera del control de la autoridad.
Los precios se dispararon hasta 20% en enero, luego que la Secretaría de Hacienda fijara los precios máximos promedio como parte del proceso de liberalización del mercado de combustibles. A partir de este 20 de febrero, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) autoridad anunciará los nuevo precios máximos promedio que entrará en vigor el día posterior.
Hasta este 22 de febrero, los precios promedio máximo de los combustibles tipo Magna, Premium y el Diésel eran de 16.03, 17.82 y 17.09 pesos, respectivamente.
DESPOLITIZACIÓN
Analistas cuestionaron que ante el enojo generado en la población por el ‘gasolinazo’ de enero, la secretaría de Hacienda decidiera congelar los precios en los primeros 17 días de ese mes, ya que solo obedece a cálculos políticos.
“No seamos ingenuos, la razón por la cual no subió no es por un tema de la inflación, las finanzas, es un tema político”, dijo el especialista del Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), Raúl Anibal Feliz.
COMPETENCIA Y PEMEX
El tener precios máximos, como ocurre ahora, abre la posibilidad para que las empresas vendedoras de gasolinas compitan por tener más clientes y para lograrlo una vía será bajar sus precios.
“Va a tardar un tiempo en lo que se va organizando el proceso de liberalización y a lo mejor es marginal la baja en precio porque el costo es alto por obtenerla”, señaló el director de análisis de CI Banco, Jorge Gordillo Arias.
Sin embargo, para lograr que Pemex refine más y mejore sus costos de operación requiere invertir, una posibilidad inviable ante la deuda petrolera cuya prioridad es sanar e invertir en lo que le deje recursos inmediatos como la venta de crudo.
“La empresa está super endeudada su prioridad es ahora arreglar sus finanzas, tener menos deuda pagar menos intereses, por una lado (…) y por otro mejorar sus operaciones para que tenga más utilidad”, explicó Almeida, de Moody’s.
“Las refinerías son inversiones que tardarían mucho tiempo en redituar, si tú tienes varias necesidades de inversión pues obviamente vas a poner dinero donde tengas rédito más rápido que es básicamente petróleo y la otra opción sí es conseguir dinero de socios”.
El desarrollo de infraestructura de logística y almacenamiento con la inversión privada tardará al menos unos cuatro años, estimó en entrevista el consultor de Caraiva y Asociados, Ramsés Pech.
“Sí va a ver (inversión) porque es un interés que se tiene para la distribución. El único inconveniente que tenemos es en los ductos, en los camiones y en los trenes es que haya una seguridad física ante el incremento que se tiene de la ordeña (…) que asegure la nación que no tiene problemas para transportar combustible”.
México tiene seis refinerías cuya tecnología no es apta para procesar el crudo pesado y ultrapesado que es el que produce México en mayor cantidad, Estados Unidos cuenta con 139 refinerías operando.
¿Y LA VÍA FISCAL?
Otra vía para lograr una disminución de los precios es la desaparición del IESPS a los combustibles, aunque la posibilidad es remota pues esto tendría que ser propuesto por la Secretaría de Hacienda y aprobado por el Congreso.
“Si tu lo eliminas vas a bajarle entre el 20% y 23% de los combustibles llámese gasolina o diésel (…) tendrías una gasolina por debajo de los 12 pesos”, dijo Pech.
“En el corto plazo, qué es lo que puede bajar el precio del combustible el siguiente año: la eliminación del IEPS y en el 2019-2020 la infraestructura nueva de almacenamiento y transporte”, dijo Pech.
“Sí va a ver porque es un interés que se tiene para la distribución. El único inconveniente que tenemos es en ductos, en los camiones y en los trenes es que haya una seguridad física ante el incremento que se tiene de la ordeñ (…) que asegure la nación que no tiene problemas para transportar combustible”.
Sin embargo, las variables externas como el tipo de cambio, la generación de recursos a través de la venta de crudo, la dependencia a las importaciones de gasolinas, sobre las cuales México no tiene control, esfuman las posibilidades de que las gasolinas bajen.
“Le bajamos internamente pero nos pega externamente el mercado. Para que tu puedas tener los mismo precios que Estados Unidos tendríamos que tener infraestructura, que eso es lo que hay que invertir, más refinerías y más volumen de producción (…) Cómo le vas a bajar si no tienes infraestructura, dependes del exterior y el exterior puede subirte los precios”, explicó Pech.