El ser humano por naturaleza está programado para estresarse. Es una reacción natural que de manera instintiva sirve a modo de protección, tal como la sensación de temor o miedo. El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.
De manera que en pequeños episodios, el estrés puede ser positivo, como cuando ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite, sin embargo cuando el estrés dura mucho tiempo entonces sí es una amenaza para la salud.
El cirujano y otorrinolaringólogo francés Michel Cymes, especialista en el estudio del cerebro y el estrés ha indicado que no todas las personas reaccionan ante el estrés del mismo modo. Agregó que al sentir un episodio de estrés, el cuerpo reacciona enviando una señal al cerebro que hace tensar los músculos, aumentar la frecuencia cardíaca y secretar hormonas como cortisol y adrenalina para alargar la lucha en un corto plazo.
A consecuencia de los largos periodos de estrés, las reservas de estas hormonas se agotan.
El especialista indicó que tener periodos repetitivos de estrés pueden transformar el tamaño, funcionamiento y estructura cerebral, por lo que cada persona debe encontrar los mecanismos adecuados para contrarestar el estrés cuando se presenta.
Además de modificar el tamaño de este órgano importantísimo para el funcionamiento del cuerpo, el estrés puede generar hipertensión, tensión en el cuello, problemas digestivos, fatiga, náuseas y vómitos.
