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LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Por Benjamín M. Ramírez

by Benjamín M Ramírez

LA INSOPORTABLE RE-E—LECCIÓN EN HUACHICOLTITLÁN.

 

Mi amigo tiene un aljibe. Debido a los problemas de fuga que se presenta de la cisterna a la tubería que llega a la primera toma me ha solicitado asesoría «profesional». —Fácil —le dije. —Sólo hay que cerrar la llave, ubicar la fuga, remplazar la parte averiada y asunto arreglado. Cuestión de que nos pongamos de acuerdo yo mismo puedo llevar a cabo el trabajo sin ningún costo para ti, —dije ufano.

 

Ignoraba que el asunto era complicado.  —Aguanta —me indicó. —La cosa parece sencilla pero no lo es —dijo—.

 

El depósito se encuentra en la parte alta del terreno y de ahí llega por gravedad a toda la casa.

 

El chiste —insistí— es cortar el suministro, sellar la fuga, se reemplaza la toma de agua averiada y listo. No te compliques la vida. Y en todo caso se vacía el aljibe o que entre un buzo y ponga un parche por dentro, —sí, afirmó. — ¿Quién se metería? El agua está heladísima y son más de cuatro metros de profundidad. No podemos tirar más de treinta mil litros de agua.

 

El suministro de agua en la zona es limitado. El agua se sigue tirando. Si dejamos que la fuga continúe a la larga mi amigo se quedará sin agua, el depósito, vacío y podré, entonces, arreglar la fuga.

 

«Los daños por la filtración a la casa son considerables, —me comenta— con un dejo de derrota.

 

Varios expertos ya han presentado sus posibles soluciones. Cualquiera que él tome representará un gasto considerable que mi amigo no quiere enfrentar: ¿Debe aguantarse? Comento que sí. Tirar el agua, viable.

 

Mis propuestas de solución, y las de otros expertos, son buenas. Y lo positivo de ello es que yo no enfrento el problema.

 

Es un asunto de agua… ¿Y la gasolina?

 

Me escriben amigos que padecen el desabasto. Leo sus publicaciones en redes sociales, deseo compartir la desesperación y quisiera ayudarlos de todo corazón. Es un problema de fondo.

 

Es cierto que el gobierno federal no ha podido, con exactitud, tener la dirección y el control de medios y, de miedos. Comento de paso que nunca he tenido la necesidad de ir a la gasolinera con un bidón.

 

Les falta maña o les sobra confianza.

 

En Baja California, aseguran, no tendremos problemas de desabasto. Quedan muy poquitas “goteras” —gasolineras— de PEMEX. En los medios se asegura que la gasolina que se consume en el “norte” viene del “otro lado”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha iniciado su propia guerra, en Huachicoltitlán, contra los huachicoleros, contra el robo de combustible. Ahora, para no entorpecer la logística y las estrategias a implementar, tampoco daría aviso.

 

La sorpresa siempre será un aliado.

 

Pero me pregunto ¿Si la guerra es necesaria? ¿Imita al ex – presidente Calderón en su necesidad de legitimarse? No lo creo. Sus consejeros de guerra deben leer “El arte de la guerra”, de Sun Tzu. Les ha fallado la estrategia. Estrategia, en griego, significa ejército.

 

Espero que mi amigo y el gobierno federal puedan arreglar el problema de forma contundente por el bien del país.

 

Comprendo el malestar de miles de ciudadanos que por “precaución” —con su bidón en mano— van a abastecerse del vital líquido. Lo cierto es que he podido apreciar una disminución en los IMECA en el Valle de México. ¡Pueblo, la ciudad que se asfixiaba ya necesitaba un respiro!

 

En esta porción de la franja fronteriza se afrontó un problema de desabasto. Nos quedamos sin “gota” por varios días, a raíz de las manifestaciones en contra del aumento en el precio del combustible. Enormes filas se presentaron durante el conflicto que enfrentaba a ciudadanos contra ciudadanos: “No importa que la pague más cara, necesito moverme”. También hubo muchas muestras de solidaridad.

 

No conseguimos que los combustibles disminuyeran en sus costos pero dimos una lección de organización y rebeldía. Así tumbamos, con el mismo ahínco, la intención de la aprobación de la ley de privatización del agua, impulsada por la administración de Kiko Vega.

 

El “norte resistió”, resistimos, siempre.

 

Esa es la naturaleza y uno de los requisitos para vivir en estas tierras. Es la filosofía en tierras inhóspitas, la filosofía del desierto: no puedes cometer errores, debes calcular tus movimientos, ser previsor, asumir riesgos, capacidad de adaptación a las circunstancias, el clima puede ser tu aliado o tu enemigo —aquí no es Acapulco tropical—, nada es gratis, todos luchan por sobrevivir, los oasis son espejismos, el agua no es nuestra, y la de la playa siempre estará fría, incluso en verano.

 

Ahora, abordando problemas de vital importancia, me sorprenden las intenciones de los diputados locales que pretenden re-elegirse. Ya les gustó. También se apuntan algunos alcaldes que hasta hoy han gobernado con “las patas”.

 

Reitero, el tema de la seguridad siempre será una deuda pendiente. Expertos —todos— están puestos, prestos, prontos y listos para acabar con ella.

 

En los asuntos de re-elección estos vividores de la política rancia no tienen memoria. O si el asunto es para dar el tiro de gracia a Acción Nacional, las intenciones son más que plausibles, risibles y necesarias.

 

El Presidente de la República tiene una visión particular para Baja California. Empezar desde arriba, en el meritito “norte”, aquí —donde inicia la patria—. Bastión y emblema histórico para los azules. AN no cuenta con posibilidades reales para refrendar un sexenio más. En juego están muchos intereses y el pueblo tiene memoria.

 

Para muestra, las acciones en cuestiones administrativas bajo la conducción de Francisco Vega de la Madrid. El sector magisterial espera el 2 de junio para cobrarse los agravios. Preveo una derrota contundente.

 

¿Pero quién querrá re-elegir a los bienintencionados blanqui-azules en el congreso? Sangre fresca, oxigenada, renovada, es la que se necesita.

 

Morena en Baja California —y en todo el país— deberá revisar sus cuadros y sus propuestas para puestos de elección popular si quiere contar con un proyecto de gobierno a largo plazo, de varios sexenios.

 

Faltarán muchos liderazgos para igualar el arrastre del fenómeno obradorista.

 

Me pregunto si en los millones que están dispuestos a apuntalar el proyecto de Andrés Manuel no existen verdaderas voluntades para apuntarse en la agenda de gobierno.

 

En caso contrario sólo se estarán reciclando los políticos de siempre que trabajarán como lo han hecho siempre, por sus intereses, por sus cotos de poder y sus familias.

 

Quisiera estar equivocado. La esperanza puede durar sólo seis años, o menos.

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