Inicio » OPINIÓN » Opinión || Jesús Monje Benítez

Opinión || Jesús Monje Benítez

by Redacción

La ruta hacia el Bienestar (6ª. de 7 consideraciones)

 

Se había ya puesto el sol un día extraordinario como todos, cuando recibí una
notificación de una red social donde había comentado respecto al aumento de conflictosen el estilo de vida humano en nuestras sociedades mexicanas, el mensaje entrante fue escrito por una amistad con amplios estudios académicos sugería que debemos posicionarnos hacia la comprensión y adaptación de nuevas formas de funcionamiento del ser humano y sus actuales condiciones. ¿En serio? Tenemos la riesgosa tendencia de hacer pasar lo “común” como “normal”, pareciera que es la forma más aceptable de evadir nuestra responsabilidad para hacer funcional nuestros actos, relaciones, resultados, nuestra propia vida y la de los demás.

 

6. Emancípate de las culturas tóxicas.

 

El aprendizaje y desarrollo humano multidimensional o integral nos lleva a procesos de percepción más eficaces y de conciencia más profundos, para poder descubrir que aún estando inmersos en un estilo de vida colectivo y personal que no aportan valor, peor todavía, nos afecta de manera negativa al dañar distintas bases de nuestra salud integral.

 

Algunas de las características de las nuevas generaciones no son cualidades funcionales para aceptar como normales, lo mismo con las precedentes que propiciaron los resultados actuales.

 

Nuestra capacidad de realizar cambios, unida a la creatividad y el aprendizaje a partir del error, debieran permitirnos la transición o formas más inteligentes de vida y convivencia, como el bienestar.

 

La inversión en tu bienestar no es únicamente material, por lo que es necesario dedicar tiempo en su adquisición y mantenimiento, empieza con 5 minutos al día, de camino a casa al finalizar tu jornada, antes de dormir, o cundo mires a tu hijo y pienses en su presente y futuro, dedica 5 minutos diarios para identificar los aspectos culturales que resultan de forma alguna tóxicas al bienestar y la vida. Por mencionar algunos ejemplos principales y prioritarios:

 

a) Estrés laboral, considerando este como la forma crónica y disfuncional de mantener estados de alerta innecesarios en las actividades que no sólo se encuentran en el trabajo, sino también en los procesos familiares y académicos.

 

Por más de 6 años los mexicanos hemos estado ocupando los primeros lugares a nivel mundial en esta realidad y en consecuencia de las enfermedades que derivan del distrés como la depresión, ansiedad, diabetes y cardiovasculares, ya sea en su origen o bien, en la complicación de estas enfermedades.

 

Con gran tristeza y decepción encuentro casi a diario personas que se sienten orgullosos por sus estilos de vida sumergidos en esta dinámica del estrés crónico y
deficientemente manejado, e incapaces de ver el rumbo disfuncional que mantienen de su salud.

 

b) Intolerancia, la incapacidad de lograr procesos mentales que nos permitan una adecuada y eficaz solución ante los simples y complejos conflictos, esa misma incapacidad que vuelve nuestro día a día, un manojo de reacciones emocionales negativas, que lleva a cero la posibilidad de empatía.

 

Así tenemos de forma viral los ejemplos de prestadores de servicios siendo intolerantes, descuidados e incluso agresivos, lo mismo vemos con muchos clientes, pacientes, burócratas, gobernantes, estudiantes, hasta me ha tocado ver indigentes intolerantes a las dádivas que ellos mismos están buscando.

 

Esta intolerancia toma muchas formas, como ya lo he mencionado, pero olvidaba mencionar que también está incluida dentro de las consecuencias la desesperación, que vuelve al instinto de competencia cruel innecesariamente, reduce el deseo por aprender, por ejemplo, en más del 40% de los alumnos de licenciatura se mantiene el deseo impetuoso de terminar su “carrera exprés” más que de aprender y descubrir la
pasión en esa profesión que han elegido.

 

Existen más elementos y hábitos hechos cultura, algunos nutricionales, otros
sociales, que se retroalimentan entre sí con los mencionados previamente y hace más
fuerte los procesos que alejan del bienestar personal y colectivo. Déjame decirte que los cambios positivos no sólo son posibles, también son esenciales para evolucionar, para sostener la misma vida.

 

Despierta y abre los ojos, antes de que la luz ya no sea suficiente para ver el
esplendor de la vida.

También te puede interesar