Que Tijuana haya comenzado a elaborar el Plan de Acción Climática Municipal (Pacmun) es un paso histórico para la ciudad, ahora es importante sumar actores y esfuerzos para construir un plan realista, con el trabajo de técnicos y especialistas, así como de políticos con voluntad y visión de largo plazo.
El Ayuntamiento de Tijuana inició los trabajos para elaborar el Pacmun, algo contemplado desde 2013 en el Programa Estatal de Acción ante el Cambio Climático en Baja California.
Debemos aplaudir la construcción de políticas públicas locales articuladas ante desafíos globales; mucho significa la acción local, porque casi todos los impactos relevantes contra el cambio climático se generan desde las comunidades y sus gobiernos locales, así que Tijuana da un paso histórico.
En el Pacmun, la movilidad deberá tener un papel destacado, aprovechando que la nueva Secretaría de Movilidad Urbana Sustentable brinda la oportunidad de lograr una estructura que articule y opere policías públicas integrales, con opciones de movilidad peatonal, bicicletas, motocicletas, entre otras.
Se requieren rutas de bajas emisiones e incentivos para el transporte público en las rutas más transitadas, con mejores vehículos y combustibles limpios; en esto, es vital apostarle, por ejemplo, al Gas Natural Vehicular, con estímulos y facilidades para la conversión del transporte público, a fin de que sea menos contaminante y más barato.
Otra vía necesaria es el manejo separado de fracción orgánica de residuos sólidos urbanos (RSU) para producir composta y/o metano en biodigestores, por lo que se requiere una campaña de educación y recolección separada que aumente la fracción reciclable, pues los residuos pierden valor al mezclarse y dificultan que el reciclaje sea rentable.
Existe también a la necesidad de dar un manejo adecuado a los lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales, mismos que actualmente se depositan en cañadas de la planta de Punta Bandera; además, señaló la importancia de aumentar la infraestructura de riego con agua morada, pues hoy solo se usa el 6 por ciento y el resto se tira al mar.
Apenas tenemos 0.8 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda mínimo 11 metros cuadrados, debe haber más vegetación nativa y riego de agua morada; incorporar los llamados parques de bolsillo, menores a 5 metros cuadrados, parques lineales y corredores biológicos urbanos.
Otra estrategia a incluir deben ser las compras verdes, pues con ellas se estimulan y construyen mercados de proveedores “verdes”, logrando que el gobierno elija a empresas amigables con el medio ambiente, al momento de comprar los productos o contratar los servicios que necesita.
La iluminación de Tijuana mejoraría con circuitos y lámparas eficientes y ahorradoras LED, incluyendo edificios de gobierno, escuelas, etcétera; además, podrían existir usos de suelo mixto, para que en una misma zona haya comercio, vivienda, industria, servicios y escuelas, lo que acortaría las distancias y tiempos de recorrido diarios.
En materia de movilidad, además del uso de combustibles limpios, recalco la importancia de: horarios escalonados para distribuir el tránsito vehicular y evitar horas pico; flexibilidad en trabajos y escuelas para estimular el trabajo en casa o a distancia; determinar la capacidad de carga vehicular para la ciudad, fijando el número de carros límite, penalizando los vehículos irregulares y dando prioridad a los peatones, no a los carros.
Urge desestimular el uso privado e individual del carro, con menos estacionamientos y más caros, siempre y cuando hayamos creado a la vez opciones rentables y accesibles de transporte colectivo; más campañas de cultura vial y más circuitos seguros para mayor uso de bicicletas, con préstamo o renta como en la Ciudad de México, que contribuye al cuidado de la salud.
Hoy, quizá lo más importante es crear una estructura para construcción, seguimiento, monitoreo y evaluación de una política pública local que contabilice las acciones que ya se realizan, un esfuerzo que articule y dé coherencia a los trabajos para no derrochar los escasos recursos y tejer alianzas con visión de futuro que Tijuana merece.
