Definitivamente que el 2016 fue el peor año para nuestra moneda (Peso Mexicano) pues desde que sus inicios sufrió varios descalabros, y es que si bien recuerdan amables lectores, a finales del 2015, el dólar oscilaba en los rangos del 13 pesos por un dólar, y de acuerdo a la actual paridad cambiaria, el dólar anda ya al filo de los 22 pesos por dólar.
Estamos a solo cuatro días para que Donald Trump asuma la Presidencia del País más poderoso (Estados Unidos De Norte América), y el comportamiento del Billete verde ha estado ascendiendo su valor día con día, al grado que se especula que en cuanto tome posesión el nuevo presidente de la Unión Americana, se dispare el dólar hasta 25 pesos.
Esto definitivamente tiene dos vertientes que impactan la economía de esta dolarizada ciudad fronteriza mexicana, que desde sus inicios ha estado muy ligada a la economía del país vecino, y ubicada estratégicamente al lado del estado más rico, y por excelencia uno de los destinos turísticos más importantes del mundo.
Y aunque autoridades federales a más de 3 mil kilómetros de distancia, con sus embates políticos y económicos, han intentado cambiar nuestros usos, y costumbres, se han visto frustrados, por razón de que los Tijuanenses estamos hechos para resistir, y superar todo tipo de eventualidades, por más fuertes que estas sean, y siempre logramos levantarnos de la lona, y seguir peleando.
Mientras los empresarios importadores de insumos, y productos son impactados negativamente por la disparidad del dólar, debido a que tienen que recurrir a la compra de divisas extranjeras para la adquisición, e importación de sus mercancías, sujetándose de acuerdo a la paridad cambiaria del día para vender sus productos, situación que altera el costo, y consecuentemente los precios al momento de venderlo al último consumidor.
Este fenómeno automáticamente repercute en el bolsillo de los tijuanenses, que con los salarios tan raquíticos que devengan, cada día es más difícil consumir productos de importación, por el alto costo del mismo.
De los sectores que con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, mayormente pudieran verse beneficiados, son el turístico, servicios médicos, farmacéutico, y el gastronómico y es precisamente que con la devaluación del peso, aumenta el poder adquisitivo del billete americano contra los productos, y servicios mexicanos, que comparativamente de acuerdo a como estaba el dólar a finales del 2015, en la actualidad, esta arriba en su valor en un 69%, convirtiéndolo en un atractivo económico para nuestros vecinos de norte américa, para venir a hacer sus compras de este lado de la frontera.
Tan solo este hecho por si solo representa que cruzando a esta ciudad fronteriza, hay una gran ventaja para los turistas que nos visitan, por hacer rendir más su dinero, que al final de cuentas todos nos movemos por una conveniencia, y esta no es la excepción para cualquiera que pudiera salir beneficiado.
En fin, Tijuana es una ciudad multicultural, y cosmopolita, a la que hemos arribado nativos de otros estados de la República Mexicana, y ciudadanos de países distintos, con la mira de forjarnos un mejor futuro, pero que siempre hemos estado en medio de dos fuegos, por un lado, las políticas centralistas, que no entienden que nuestra situación es diferente a la del resto de la República Mexicana, y por el lado norte, la fuerte competencia comercial por la ubicación geográfica de esta entidad, que nos obliga a trazar estrategias inteligentes de mercado, para mantenernos competitivos, y en el gusto tanto de la clientela local, nacional, e internacional.
Que tengan una excelente semana, y nos leemos el próximo lunes