-
Cálculos no oficiales, sugieren que más de la mitad del parque vehicular del estado no está en regla y produciendo más de la mitad de todas las emisiones de dióxido de carbono en Tijuana y Mexicali.
Tijuana.- Los miles de autos, camiones y transporte público que circulan diariamente por las ciudades de Tijuana y Mexicali causan al menos el 56 por ciento de la contaminación del aire, problema que en la capital ya es considerado epidemia y que en el estado es causa de al menos 800 muertes y motivo de hasta 26 mil consultas médicas al año, así lo señala Fidel Baca Bolaños, quien representa a dos centros de verificación ambiental.
Fidel Baca Bolaños, Representante de centros de verificación ambiental
Entre los resultados arrojados por distintos estudios elaborados por la empresa Ingeniera Ambiental de Baja California y el Centro de Control Ambiental, destaca el alto costo que la polución del aire tiene para la economía: poco más de 280 millones de pesos al año.
“De todo el parque automotor en Baja California, solo el 44 por ciento está al día con los requisitos para circular, lo que incluye la verificación ambiental. Si todos los ciudadanos que poseen un vehículo estuvieran con las de la ley, reduciríamos a la mitad la contaminación que estos causan”, matizó.
Regulado por la Ley de Protección al Ambiente del estado desde 2010, la obligatoriedad de contar con un certificado ambiental para quienes poseen un vehículo ha dado muestras de su utilidad. Sin embargo, comenta Fidel Baca, aun “tenemos una grave falta de cultura de cuidado del medio ambiente, y se refleja en la poca atención que le damos al mantenimiento de nuestros autos”.
“Vemos como muchas veces nuestro vehículo gotea aceite, por ejemplo, y no hacemos nada. No nos ponemos a pensar que tan solo una gota de aceite puede contaminar hasta 10 mil litros de agua. Lo mismo pasa con las emisiones que generan los motores, son sumamente contaminantes”, explicó.
De acuerdo a cálculos, en Baja California el parque vehicular podría alcanzar hasta los 2 millones 100 mil unidades, de las cuales se especula hasta 1 millón pudieron haber sido introducidos ilegalmente por la frontera, y, por lo tanto, no son verificados y podrían ser una fuente importante de las emisiones de dióxido de carbono emitidas en las ciudades.
