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LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez

by Redacción tijuanaenlinea

LOS JODIDOS SALARIOS DE LA ALTA BUROCRACIA MEXICANA O UNA ORACIÓN POR NICARAGUA

 

La imagen puede ser de cualquier momento: en el súper, en el cine, en la espera del camión de pasajeros o en la fila para las tortillas. Siempre se presentarán personas avezadas en el arte de brincarse la fila.

 

El pasado 20 del mes en curso se estrenó la película Panda en el domo IMAX, por cierto muy atractiva. Llevaba más de veinte minutos haciendo fila para ver el estreno, —situación que pasé por alto— pensando que era un domingo “normal”. La fila ya era bastante larga. Estreno de temporada. Aparte de que el 95% de los presentes estaba concentrado en sus teléfonos inteligentes, jugando o en sus redes sociales me concreté en ver algo muy habitual en todo el territorio nacional, pasar por alto el orden que por naturaleza tácita el ser humano siempre previene. Sostiene San Agustín: “cuida el orden para que el orden te cuide”.

 

Fueron dos parejas jóvenes, una familia y sus cuatro integrantes y una pareja de adultos los que se apersonaron brincando a decenas de personas que con anticipación ya estaban formados para ver Pandas.

 

Siempre habrá personas con este tipo de comportamientos. Lo singular del caso y en lo que quiero que usted repare es que no mostraron un dejo de cortesía, un sentir cariacontecido, una disculpa. Nada. Y estos comportamientos mínimos de urbanidad, de atención, debe ser canon en la mayoría de las acciones que realizamos día a día, en nuestra cotidianeidad, en nuestro devenir, preguntar al otro si le molesta o simplemente “¿Aquí va la fila?”, “¿Está usted haciendo fila?”. Mero tacto ciudadano.

 

He aquí la náusea sartreana. Y sí esto fuera poco, nadie protestó, nadie se molestó. Nadie exigió respeto por “hacer las cosas bien”. Lo más curioso del día fue que una niña con toda la cortesía del mundo, muy segura de sí, preguntó sí podía ocupar el lugar vacío. ¿Urbanidad o educación?

 

Sostengo que quienes pasan por encima de los demás lo hacen porque no saben, a la manera socrática, actúan por ignorancia. “Cuida el orden y el orden cuidará de ti”, sostuvo el autor de las Confesiones.

 

Lo neurálgico en lo que quiero centrarme es en el sorprendente, escandaloso, soberbio, insultante y ofensivo salario de la alta burocracia mexicana. Sí es verdad sobre los salarios de los delegados de las dependencias descentralizadas y desconcentradas, sí es verdad en los salarios y sobresueldos y compensaciones de los trabajadores del INE, los funcionarios del INEE, y otras tantas dependencias con un salario superior al del presidente de la república suena a todas luces a un asalto en campo despoblado, a una artera violación a la Carta Magna y a un sobreseimiento del estado de derecho.

 

La constitución mexicana en el artículo 127, párrafo II, a la letra dice:

 

  1. Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el Presidente de la República en el presupuesto correspondiente.

¿Entonces por qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? ¿O estos funcionarios de la élite se consideran únicos e irremplazables, intocables, inmaculados y merecedores de todos los cultos destinados a lo divino?

 

Le puedo anticipar que en los últimos años, un grupo de profesores intentó ampararse en contra de la aplicación de la Reforma Educativa por considerarla retroactiva y violatoria en sus mandamientos, de los artículos transitorios, y principalmente por la Ley General de Educación principalmente el cuarto que reza:

 

DECRETO por el que se reforman los artículos 13, 51, 53 y 69 de la Ley General de Educación: Cuarto.- Se derogan las disposiciones que se opongan al presente Decreto. Y lo mismo se presenta en la Ley General del Servicio Profesional Docente, en el segundo transitorio: Segundo. Se derogan las disposiciones que se opongan a este Decreto.

 

El amparo no prosperó.

 

Hasta hoy he sido sometido a dos evaluaciones, en un periodo menor a dos años. Debí ser acreedor a incentivos monetarios y es la hora de Dios padre que no llega…

 

Un buen amigo me dio este consejo: “—Sí quieres ganar más, subir de categoría, presenta el examen. Todo conforme a derecho”. No puedo olvidar tan sabias palabras.

 

El reparo que yo le pongo es lo antipedagógico del proceso. Ya lo di a conocer en otra entrega. Lo inhumano y la opacidad en el que transcurre toda la evaluación.  Se tardan mucho para evaluar y en entregar los resultados. No existe una retroalimentación directa, confiable. El INEE debe desaparecer por decreto. Son los generales de campo y no los de escritorio los que pueden dar un giro inesperado hacia la victoria. Y México se lo merece y reclama calidad en la educación. Se lo debemos.

 

¿Por qué la alta burocracia está pegando el grito al cielo porque deben ganar, por mandato constitucional, menos que el presidente de la República? ¿Por qué existe tanto despilfarro en áreas tan vanas e inoperantes y poquedad en espacios vitales para la administración pública?

 

Los salarios de la alta burocracia mexicana es un llamado tácito a un levantamiento popular en un país donde existe un alto porcentaje de pobres y millones sumidos en la pobreza extrema. Un gobierno que no reconoce a quienes desquitan el salario y premia a los empleados de “alta dirección” con un salario superior al del titular del poder ejecutivo.

 

Va una oración por Nicaragua. La iglesia, como institución fue una poderosa aliada en el derrocamiento de los Somoza. Fue aliada de Daniel Ortega. Hoy el revolucionario es un dictadorzuelo, represor, impávido, cruel e inhumano. Asesino.

 

Elevo una oración por quienes sufren la represión. Evoco la canción de Nacha Guevara: Yo te nombro.

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