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Opinión || Jesús Monje Benítez

by Redacción

¿Cuántos pasos hemos dado hacia nuestro bienestar? ¿Cuántos hábitos hemos adoptado para dar fuerza a nuestra salud y vida? Es importante dejar de ser solo personas bien intencionadas con carente forma de actuar, al igual que resulta esencial tomar control de nuestros actos para no ser parte de la inercia social inconveniente al bienestar o títeres perennes del descontrol de los impulsos naturales más primitivos que nos imposibilitan incluso, a realizar cambios simples para salir de las enfermedades manejables.

Es un buen momento para abandonar esos estados mentales enclenques que nos llevan a una justificación más que a la solución de nuestras experiencias conflictivas.

5. Activa tu ser, lo estático no evoluciona.

Desde el aspecto más palpable y fisiológicamente objetivo como lo es nuestro organismo hasta las cuestiones más subjetivas como el pensamiento, los sentimientos y satisfacciones, resulta necesario mantener una vida basada en la acción y dinamismo, sin caer de ninguna manera en conceptos tergiversados como la “premura colectiva, “el estrés laboral”, la “desesperación por el éxito” y otras formas ansiosas de desempeñarse en la vida.

Procuro señalarles a mis alumnos, que muchas soluciones se encuentran en los
pensamientos y actos simples, así para nuestro organismo podemos procurar y practicar desde rutinas de ejercicios musculares, cardiorespiratorios o bien, relajantes, para mejorar su rendimiento y condición metabólica, también podríamos considerar ser cautos en nuestros hábitos nutricionales, sin que esto atente de alguna forma con nuestro placer por disfrutar de los alimentos; en los aspectos psicoafectivos es decir, aquellos que incluyen nuestras emociones, sentimientos y pensamientos, es importante evitar todo estado de estancamiento para generar un “fluir” de las experiencias, por ejemplo al detectar que mantenemos estados de ansiedad, tristeza, enojo, desesperación, frustración, y que tal situación no lleva días sino años, entonces es primordial tomar la decisión de experimentar nuevos estados mediante el fluir de nuevas ideas y sentimientos, y en caso de que el ambiente o nuestro pasado con sus recuerdos no sean ideales para propiciar cambios positivos, aun así nuestras capacidades mentales y humanas pueden iniciar un cambio hacia nuevos estados de vida personal, nosotros mismos tenemos la responsabilidad y misión de poner en marcha los cambios que tanto deseamos o necesitamos.

Muchos estudiosos de las sociedades humanas han explorado el funcionamiento de
conceptos como la “felicidad”, y coinciden en que las personas que más disfrutan la vida y se involucran con su propia felicidad, mantienen dicho dinamismo o fluir en su día a día, en sus relaciones y en su disposición al cambio en los aspectos simples y personales, lo cual evita el enfrascamiento en situaciones cotidianas que se tornan luego conflictivas.

Esta disposición a los cambios, de ninguna manera tienen porqué elevar los riesgos de vida ni someter a estados de conflicto las relaciones humanas, es decir, evitemos esta filosofía de dinamismo y cambio para justificar dejar un trabajo que me fastidia por mi falta de adaptabilidad o decisiones carentes de intención y pasión, o por falta de conciencia al tomar nuestras elecciones de pareja que posteriormente deseamos destruir por nuevos impulsos precoces.

Nuestro crecimiento y los estados de bienestar, para su realización, tienen en común la activación constante y creativa, el dinamismo de los detalles y estados simples de nuestra vida y persona, para lo cual es crucial mantener presente en la mente que aquello que se estanca, no evoluciona. Fluir en la vida no significa sufrir, el logro de tus objetivos no tiene por qué incluir sacrificios si las decisiones tienen un sentido lo suficientemente satisfactorio que impregne incluso hasta el proceso que nos lleve a dicho objetivo.

Es esencial reflexionar al respecto, pues el bienestar conlleva elementos simples que al ser integrados generan estabilidad y armonía en el individuo, pero en muchas ocasiones tenemos que cambiar la perspectiva desde donde enfocamos cada situación, incluyendo la percepción que tenemos de nosotros mismos.

17 de octubre presentación del libro “Relaciones Humanas” Dr. Jesús Monje Benítez

17 de octubre presentación del libro “Relaciones Humanas” Dr. Jesús Monje Benítez

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