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LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez

by Benjamín M Ramírez

¡Qué vergüenza! Del Berkut de Ucrania a los 12 mensajes del cinismo oficial

 

Para tomar rumbo: de verdad que siento náusea al escuchar al titular del ejecutivo federal “presumir” y posicionar su mensaje con motivo de su último informe de gobierno en todos los medios, principalmente electrónicos.

 

Enjuiciemos al proyecto que desde las líneas oficiales se considera la madre de todas las reformas: la reforma educativa, sin dejar a un lado a la reforma energética, o el problema de la inseguridad.

 

Lugares y hogares son golpeados sin piedad por los zorros que se zarandean sin misericordia sobre los conejos. El suelo patrio está en una situación de beligerancia civil no oficializado, con un número considerable de muertos que, a fuerza de ser consuetudinario, desiste en ser noticia.

 

No hay partes en conflicto pero sí conflictos y graves: el de la impunidad, el de la corrupción, el del cinismo, el del descaro y la maldad.

 

Cómo pensar en cuidar a México para dejar hacer y no ver la rapacidad de gobernadores y de los funcionarios de primer nivel, las acciones arbitrarias de los cuerpos del orden, la pobreza centenaria, —y aún bicentenaria— puesto que el México de ayer guarda similitudes —las diferencias son ralas— en comparación con la patria del sexenio falleciente.

 

No hay cambios: nada qué presumir. No hay avances: sí graves y torpes retrocesos. Los millones de pobres seguirán siendo millonarios de lombrices, con una subalimentación que les permite, en el mejor de los casos, los salarios de hambre.

 

El sexenio de la actual administración federal encabezada por el aún presidente Enrique Peña Nieto deja un amargo sabor de boca en los millones que a fuerzas de “spots” y anuncios oficiales están obligados a digerir un bocado que huele a corrupción, a hartazgo, a mentira y a desvergüenza.

 

No quisiera —tampoco me interesa— saber sí el titular del ejecutivo federal podrán cumplir todas sus promesas de campaña, firmadas ante notario, en los últimos meses de su administración.

 

Lo que sí quiero resaltar es que la deuda con los pobladores de San Salvador Atenco, —campesinos reacios a vender su tierra, ésos que gritan: “Tierra sí, aviones no”, atropellados en su derecho a la libre manifestación y a disentir en contra del aparato oficial, reprimidos en sus protestas, ultrajados en sus mujeres—, jamás podrá ser cubierta ni con discursos ni con una ola de 12 mensajes oficiales diferentes en víspera del último informe de gobierno.

 

Cuidar a México es dejar que sean los zorros los que protejan a las gallinas; a los que por amor al lema “La plata es primero” y los sospechosos “errores y faltas al debido proceso”, abran de par en par las puertas de castigo a quienes han robado la tranquilidad y paz ciudadanas.

Hoy, los entendidos en salarios y movimientos laborales “cuestionan” el imponer las directrices del artículo 127 Constitucional, párrafo II, que mandata que ningún servidor público puede ganar más que el Presidente de la República.

 

Y si lo cuestionan es porque no existe un artículo transitorio que deje en el desamparo a los miles de servidores públicos que bajo el patrocinio de la opacidad — y el refulgente destello del poder—, reciben salarios injuriosos para los millones que aún siguen sumidos en la pobreza y que no aparecen en el país idealizado e imaginario de Enrique Peña Nieto: “Dejamos un país en crecimiento económico, dejamos un país con la inflación más baja en promedio de los últimos 48 años […] Un país con la mayor generación de empleo […]

 

Deja un país descuidado, azotado por la violencia, con una cifra desquiciada de fallecidos…

 

Deja a un país en la opacidad y el cinismo de sus colaboradores, —insaciables al engullir el presupuesto público a través de obras de infraestructura urbana como el socavón del Paso Exprés—, Odebrecht, la casa blanca y la casa de Malinalco, el tren interurbano: CDMX – Toluca; los 43 de Ayotzinapa, Tlaltaya; y los salarios satíricos de los ministros de la Tremenda Corte. Y la infame rapacidad de los gobernadores que “merecen abundancia” pero de años en prisión.

 

Deja a un país con una enorme deuda en educación. La actual administración puso en marcha la Reforma Educativa sin tener los conocimientos más elementales de un serio estudio de campo y exigir los mismos resultados en contextos tan disímiles y contradictorios, incluso de los ubicados a metros de distancia o de cuadras, o kilómetros a la redonda.

 

Los generales detrás de los escritorios no saben lo que es enfrentar un auditorio de 50 púberes que tienen que estar a la defensiva, incluso de lo que debe ser un espacio seguro como el hogar o el de la escuela. Jóvenes que se defienden de la situación de violencia verbal, física o económica que impera en casa; que se resguardan de la violencia permitida por las autoridades al transitar por la vía pública o en el transporte, y que se protegen de sí mismos al resistir al embate de las drogas o de la delincuencia común y organizada.

 

Son los jóvenes los que —hoy—  tienen que desarrollar las competencias de una reforma que nació huérfana y que se extinguirá desamparada: es el limbo académico.

 

Desaparece la educación tecnológica de las escuelas secundarias, esos talleres que, al menos, permite disminuir los costos en las realizaciones de tareas domésticas en herrería, carpintería, costura, electricidad, construcción, contabilidad, mecánica automotriz, entre otras disciplinas…

 

Hoy por hoy, en las escuelas se respira incertidumbre. Los docentes no saben a qué atenerse.

 

12 mensajes: 12 cantos de sirenas.

 

Ciudadano, no decaigas ante el látigo que hoy te sacude, ya están por emerger las primeras rosas rojas del rosal que con grandes sacrificios, sudor y sangre se ha regado…

 

 

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