Inicio » OPINIÓN » LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez

LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Benjamín M. Ramírez

by Benjamín M Ramírez

“Me llaman maestro y lo soy” (Jn 13, 13)

 

Horacio Quiroga escribió uno de los cuentos que se apegan a la realidad del magisterio a partir de esas ansias casi irracionales por el amor al trabajo que con dedicación y ahínco caracteriza al docente en sus primeros años de enseñanza. Este cuento es “El potro salvaje”. Aquí unos fragmentos de la obra de H. Quiroga:

 

-Yo lo he visto correr en su juventud -dijo el primero-; y si uno pudiera llorar por un animal, lo haría en recuerdo de lo que hizo este mismo caballo cuando no tenía qué comer.

-No es extraño que lo haya hecho antes -dijo el segundo-. Juventud y hambre son el más preciado don que puede conceder la vida a un fuerte corazón.

 

[…]Poseía extraordinaria velocidad y un ardiente deseo de correr. De modo que se daba todo entero en sus disparadas salvajes, y esta era la fuerza de aquel caballo.

[…]Aquel joven potro, como hemos dicho, ponía en sus narices, en sus cascos y su carrera, todo su ardiente corazón.

[…]

“En aquel tiempo -se dijo melancólicamente- un solo puñado de alfalfa como estímulo, cuando mi corazón saltaba de deseos de correr, hubiera hecho de mí al más feliz de los seres. Ahora estoy cansado.”

[…]

En efecto, estaba cansado. Su velocidad era, sin duda, la misma de siempre, y el mismo el espectáculo de su salvaje libertad. Pero no poseía ya el ansia de correr de otros tiempos. Aquel vibrante deseo de tenderse a fondo, que antes el joven potro entregaba alegre por un montón de paja, precisaba ahora toneladas de exquisito forraje para despertar.

 

Hace ya muchos años escuché a un docente criticar el trabajo de sus compañeros. Él recién ingresaba a laborar en la institución. Criticó la falta de compromiso, la impuntualidad, la flojera magisterial, los días de asueto, los descansos obligatorios, y otros ítems que demuestran que vocación y compromiso sólo quedan en la planeación didáctica.

 

«Yo si quiero transformar a los jóvenes. Yo sí haré lo que “ellos” —los otros maestros— no hacen». Sólo sonreí. Estaba frente a un potro salvaje, en su juventud. Hoy, ese docente dejó de correr.

 

Recién entrado a la actividad magisterial dispuse alma, vida y corazón en el trabajo. No escatimé recursos, noches en vela para revisar actividades, corregir y retroalimentar tareas. Creí y aún creo que la educación, no la instrucción, es el único camino que transforma a la persona tal como sucedía en el antiguo Calmécac o el Telpochcalli.

 

Los Tlamatinime en la cosmovisión nahuátl  eran los hombres de la palabra, “suya es la tinta negra y roja”, los que transformaban un rostro sabio y corazón firme, eran los sabios.

 

“Huitli, tayacanqui, tanelo” es camino, guía veraz para otros. Esa es la tarea fundamental, el verdadero rol del docente:

 

“Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad). Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena. Aplica su luz sobre el mundo. Conoce lo (que está) sobre nosotros (y), la región de los muertos. (Es hombre serio). Cualquiera es confortado por él, es corregido, es enseñado”.

 

Desde su implementación el potro salvaje que está en contra de la Reforma Educativa ha sido perseguido y considerado como un enemigo de la educación, del Estado —prueba de ello es Noxchitlan, Oaxaca—, además de ser hostigado, ninguneado, sobajado y castigado al no ser considerado para la promoción en el escalafón o los incentivos económicos al que pudiera gozar si todo fuera transparente.

 

No abordo el tema de los potros salvajes que trabajan sin salario durante varios meses o que abandonan el trabajo, cansados y desgastados, por un Estado que no les cumple y se van con las manos vacías. Los salarios nunca son entregados o el interesado tiene que dar un sinfín de vueltas para “corretear” el finiquito correspondiente. Ni el de los dineros que se les retiene a los jubilados.

 

Conozco casos de profesores que fueron “convocados” “amablemente” —algunos hasta por dos ocasiones— por sus autoridades educativas para sustentar “la evaluación del desempeño” establecida en la Ley General del Servicio Profesional Docente, LGSPD, sin que hayan recibido las promociones que por ley les corresponde o los incentivos logrados a través del desempeño. La respuesta oficial ha sido hasta hoy “No hay recursos”. En este caso hay una violación flagrante a lo estipulado en la LGSPD.

 

Imagine el caso contrario de que un profesor se rehusara a ser evaluado o saliera insuficiente por tercera vez de forma consecutiva. Supongo que las autoridades educativas en comento serían prontas y expeditas, completas e imparciales en el “cumplimiento” de la ley: “Dura lex, sed lex”.

 

Lo más vergonzante en el ámbito educativo es el ignominioso gasto ejercido por A Nuño, ex-titular de la SEP y actual coordinador de campaña de Meade. El gasto en imagen, comunicación social, fue empleado por Aurelio Nuño en su frustrada búsqueda para ser nominado presidenciable. La partida presupuestal aprobada por el legislativo fue de 706 millones de pesos pero el ex–secretario de Educación gastó 1,963 millones lo que representa un sobre-ejercicio de recursos por 2,700% de gasto en imagen, 53 millones de pesos al día en propaganda. Este gasto sólo corresponde al ejercicio 2017, según documenta Reforma.

 

¿Habrá castigo o al menos un llamado al actual coordinador de campaña del Revolucionario Institucional para que responda por este dispendio para auto-promoverse o como siempre quedará en el recuerdo de la ignominia y el silencio de una justicia maniatada y sobajada?

 

¡Qué vergüenza!

 

[…]

Joven potro: Tiéndete a fondo en tu carrera, aunque apenas se te dé para comer. Pues si llegas sin valor a la gloria, y adquieres estilo para trocarlo fraudulentamente por pingüe forraje, te salvará el haberte dado un día todo entero por un puñado de pasto.

 

Un recuerdo para mis mentores: JORGE GÓMEZ, MARTHA BERMUDEZ, TANO, ROGER, DR. CHÁVEZ, EILEN, ROSALINDA quien me hiciera amar a las Ciencias Sociales, AMANDA PORTER… la lista se antoja interminable.

 

Maestro yo soy tu tercer color […] (Chak De! India).

También te puede interesar