Inicio » OPINIÓN » LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Opinión De Benjamín M. Ramírez

LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Opinión De Benjamín M. Ramírez

by Benjamín M Ramírez

¿En qué momento el ser humano se da cuenta de que su vida ha sido un fracaso? Que aquello que consideraba como bueno, necesario y exitoso no lo es. Que aquello que imaginaba que colmaría sus ansias de búsqueda y fin se convierte en un vacío sin fondo. Llegar a la cima y descubrir que se encuentra solo.

 

Quiero hablarte de un hombre que al final se quedó solo, como político en desgracia. Sólo imagina.

 

Imagino al Mesías, descartando su divinidad -cosa imposible para los exégetas y hagiógrafos-, como un Jesús de carne y hueso, sumamente humano; relativamente, hombre.

 

Era Jesús el profeta amado por la muchedumbre. El líder, el pastor, el paladín de los desposeídos, el que hablaba con autoridad, y que su fama se extendía por toda Galilea. Era seguido por sus milagros que deslumbraban a propios y extraños –aunque FLAVIO JOSEFO también habla de otros milagreros contemporáneos de Jesucristo que realizaban hazañas más portentosas, con más alharaca-. Los evangelios también mencionan a unos que arrojaban demonios y hacían milagros sin ser del cenáculo o contar con licencia del nazareno pero Jesús les ganaba en las preferencias.

 

Jesús fue un paria, un errante. No fue el hombre común para los suyos hasta después de los treinta años. Antes del llamado profético pasaba por uno más de Nazaret. Era el hijo de José, el carpintero; el hijo de María. Después fue un iluminado. “Ningún profeta es bien recibido en su tierra”, sostiene el hagiógrafo. Y remata: “no hizo muchos milagros allí debido a la incredulidad de ellos” (Mateo 13, 58), —el evangelista aclara que a Jesús en ningún momento le dieron “like” sólo lo dejaron en “visto”—.

 

Jesús es el mensaje que compromete. Es la Palabra que, en la mansedumbre de la predicación, te exige una respuesta inmediata, sin cortapisa, sin ambages, sin demoras. Es un salto a la fe, al abandono: al silencio de la proclamación, silencio que violenta en gritos los espacios recónditos del corazón del hombre. Es el mensaje del evangelio que te quebranta y te hace esclavo de la libertad, que encadenándote te da alas, porque sólo sumergiéndote sales a la superficie. Es muerte que te da vida.

 

En Jesús descansan el éxito y el fracaso. El hombre que puede someter al éxito y ponerlo al servicio del hombre. Es el mesías, un hombre de temple frente a la tentación de las riquezas, de lo espectacular y  de la adulación.

 

Es Jesucristo el profeta que tiene sus derroteros trazados desde la voluntad del “Otro”. Pero también es el hombre que está solo en los momentos más críticos de su existencia humana.

 

Pero este espacio no es el lugar idóneo para la prédica, para el sermón, para el embuste. Aquí no habrá lugar para los avisos de la Kermesse ni de las fiestas patronales, ni conejos de pascua. No pretendo exhortar ni lanzar la homilía. El asunto es más serio y no se requiere exégesis. Sí un poco irreverente, así como el mensaje del mesías.

A Jesús lo mataron por andarse metiendo en cosas que no le concernían. Temerario, se lanzó a exigir la creación de una Comisión de Derechos Humanos, contra la discriminación y la violencia de género.

 

También se atrevió a solicitar a la Comisión Nacional de Transparencia y acceso a la información y protección de datos individuales, —CINAI—, un informe minucioso sobre el manejo de los dineros, del erario, del templo.

 

Los escribas, fariseos y saduceos pararon la iniciativa en el senado dirigido por Caifás, y Anás, en la cámara Baja, (Caifás era yerno de Anás) —pueden apreciar como todo lo bueno queda en familia—,  y para salvaguardar los intereses del pueblo bloquearon durante mucho tiempo la creación y designación de un fiscal anticorrupción.

 

El mesías también era partidario de crear la ley universal de acceso a la salud. “Salud para todos” era su lema de campaña —sobre todo para los leprosos, los que tenían ataques epilépticos (la gente pensaba que los ataques eran obra del demonio), mudos, sordos y ciegos—; y de exigir cuentas claras sobre el uso de los dineros públicos a través de la comisión de impuestos y hacienda, —tenía a dos expertos en la materia: Zaqueo y Mateo—, dichos recursos deberían invertirse en centros hospitalarios y atención ambulatoria.

 

El Nazareno también pugnó por la instauración de un sistema de atención hospitalaria de Tercer Nivel con servicio de reanimación cardiopulmonar  —el hijo de la viuda de Naín y Lázaro Sal Fuera, hermano de Martha y María, son sólo unos casos—.

 

Asimismo, era creyente de la ejecución justa y plena del programa “Mejórate” —durante la repartición de los cinco panes y los dos pescados—, lo milagroso del asunto no fue que alcanzara para todos sino que sobrarán doce canastos y que los ahí presentes quedaran satisfechos.

 

También debo comentar que Jesús exigió a la Secretaría de acuacultura, ganadería y Pesca, la aplicación de programas emergentes en caso de escases. Dio prueba de que ello es posible en “la pesca milagrosa” y de cambiar los manuales seguidos de antaño por programas innovadores: “lanza tus redes a la derecha de la barca”, “boga mar adentro”, y otros más cuando las redes se rompían de tanto que habían pescado.

 

Era Jesús un partidario de la justicia y estaba en contra de los feminicidios. La prueba está en el caso de la mujer adúltera —hubo otros casos pero el evangelista da fe de la presunción de inocencia—, la opción preferencial por las clases marginadas, mujeres, niños y ancianos fue uno de los mejores programas lanzados a través de las redes sociales y de “Pero en verdad os digo A.C.”.

 

También el Nazareno creía en un programa de atención integral al migrante, sobre todo cuando comprobó que el programa puede ser exitoso y por ello se la pasó un buen rato en Egipto sin declarar que era un perseguido político y otras aventuras, como la que narra con “El Buen Samaritano A.C.”.

 

También Jesús rechazaba la Reforma Educativa porque eso de tener SINAGOGAS DE TIEMPO COMPLETO y de SINAGOGA AL CENTRO se le antojaba inoperante e infructífera sobre todo cuando algunas sinagogas carecían de maestros, funcionaban como sinagogas multigrados, o no contaban con servicio sanitario o que no se les consultara a los maestros sobre la evaluación del desempeño, la idoneidad o no de los candidatos o que cualquiera pudiera ser un maestro de la ley.

 

En este asunto educativo, aunque Jesús innovó en cuestiones pedagógicas, —enseñar con el ejemplo, en parábolas, cuentos y anécdotas y que el discípulo dominara las competencias y las pusiera en práctica cuando iba de misión para hacer su servicio social y prácticas profesionales—, rechazaba contundentemente el uso de los espacios educativos como centros de control electoral.

 

Pero al momento de la elección a Jesús le hicieron fraude. Durante el plebiscito de a quién crucificaban y a quién no, —sólo a éstos se les ocurre este programa electoral a través del IJE, INSTITUTO JUDÍO ELECTORAL—, los electores contaban con su Tarjeta Rosa, la compra de votos a través de los operadores electorales (pagaban un denario por voto) en contra del Mesías con lo que se consumó el fraude de los fraudes: ganó Barrabás sin haber siquiera aparecido en las encuestas. Hasta Poncio Pilato se sorprendió de la limpieza del fraude antes, durante y después de la elección, de tal manera que se vio obligado a lavarse las manos ya que luego de la votación al pueblo se le ocurre exigir el conteo de voto por voto, sinagoga por sinagoga.

 

A Jesús no lo incluyeron en la lista de los plurinominales porque no le entraba a los moches ni a la triangulación de recursos, ni desvíos de recursos o manejos en la opacidad de las donaciones para la construcción y mantenimiento del templo antes de su destrucción por una hecatombe llamada Roma. El último reducto a derribar fue Masada, ahí donde todos decidieron morir antes de endeudarse por segunda vez con créditos impagables y que los romanos les reclamaron por la fuerza.

 

El Nazareno ni siquiera tenía un terreno ni una nave (industrial) donde reclinar la cabeza. Una vez se alojó en la casa de la suegra de Pedro pero fue la única ocasión porque supongo que la suegra era familiar de la Delegada de Jeruchilco o de Azcapotsalem, —el evangelista dice que esto es lo que circula en las redes sociales y no ha sido autentificado por VERIFICADO33 por lo que puede ser fake news—.

 

Una vez crucificado y muerto por un sanedrín organizado el cuerpo fue declarado desaparecido. Cuentan unos discípulos que lo vieron allá por Emaús.

 

Describen que Jesús ya les había advertido que todo eso pasaría y que los profetas lo habían anunciado.

 

Como dice Don Pedro Casaldáliga: “muerto a divisa, a dólar, por orden del imperio”… (Continuará)…

También te puede interesar