LOS SIN PARTIDO
Pese a la expectativa que generaron las candidaturas independientes cuando participaron por primera ocasión en las elecciones de 2015, y en las que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” centró todos los reflectores al haber ganado la gubernatura de Nuevo León, en los siguientes años dejaron de concitar el interés inicial.
En la actual disputa por la presidencia del país, 46 personas aspiraban a lograr la candidatura, pero apenas 3 lo lograron y aparecerán en las boletas electorales: la ex panista Margarita Zavala (esposa del ex presidente Felipe Calderón); Armando Ríos Peter, ex prerredista, mejor conocido como “el Jaguar” y el propio “Bronco”, ex priista.
Pese a ser conocidos para ciertos sectores de la sociedad, las encuestas revelan que no jugarán por sí solos un papel relevante.
Hasta este momento, la suma promedio de preferencias entre la población es de un 10%. La importancia que adquieran puede estar en función de que hacia el mes de mayo declinen en favor de quienes se sitúen en los primeros lugares.
En tres años y con apenas dos procesos electorales federales (2015 y 2018) y dos locales (2016 y 2017), de la euforia se pasó a la normalización de la participación de los candidatos sin partido.
Considero que ese es un concepto más preciso; más que candidatos independientes, son sin partido.
Cierto, han proliferado las candidaturas, sobre todo en los procesos locales, pero ya no concitan el interés como lo hicieron la primera ocasión en que aparecieron en el proceso concurrente de 2015.
Una vez que asistimos a esta “normalización” de las candidaturas sin partido, insisto en lo que ya he dicho y escrito en otros espacios: la posibilidad de que este tipo de candidaturas prospere se encuentra en función de la demarcación gubernamental en disputa.
Es decir, en la elección de delegados municipals o regidores, las posibilidades para que liderazgos sin partido logren ganar a uno de los grandes partidos y sus aparatos, aumentan.
Por el contrario, en la disputa por las alcaldías, diputaciones locales y gubernaturas son más difíciles de vencer los abanderados de los partidos. En el ámbito federal, las dificultades aumentan según se trate de diputaciones, senadurías y por supuesto, la Presidencia de la República.
Como dije al inicio, muchos levantaron la mano para apuntarse como aspirantes a la candidatura presidencial, pero también a una senaduría o a una diputación federal. Según fuentes de la Consultoría Integralia (Tercer Reporte Electoral Integralia 2018), se presentaron 287 aspirantes a una candidatura independiente en el ámbito federal; de los cuales 49 cumplieron los requisitos (17%) y por lo mismo aparecerán en las boletas electorales: 3 a la Presidencia, 7 a las senadurías y 39 a las diputaciones.
Como bien sabemos, los requisitos más complicados para los candidatos sin partido fueron las firmas. Para los aspirantes a la Presidencia era el 1% de la Lista Nominal (866 mil, 593); para la senaduría el 2% de la Lista Nominal de la entidad y para la diputación el 2% de la Lista Nominal del distrito electoral.
En el caso de las diputaciones el plazo de verificación por parte del INE concluyó el 14 de febrero, mientras que para las senadurías será el 14 de marzo y para la Presidencia de la República el 28 de marzo. Es de llamar la atención que muchos de los apoyos que los aspirantes presidenciales enviaron no fueron validados por el INE, es decir, tenían irregularidades.
“El Bronco” presentó 2 millones 34 mil 500 pero le validaron sólo 1 millón 210 mil. Margarita Zavala presentó 1 millón 578 mil 800 y le validaron 1 millón 67 mil 200. Por ultimo, Armando Ríos Piter envió 1 millón 765 mil 800 y le hicieron válidos 1 millón 159 mil 500. Las diferencias son significativas y nos indica que se inflaron los apoyos con credenciales apócrifas o vencidas, por decir lo menos.
Dado el bajo nivel de preferencias ciudadanas para los candidatos sin partido, la pregunta parece ser: ¿quién de ellos declinará? ¿ A cuál de los tres candidatos de las coaliciones se sumarán? Esto lo sabremos hacia finales de mayo.
