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Opinión || Iván Márquez

by Redacción tijuanaenlinea

¿Te gusta tronar cohetes?

 

Dicen que a un error solo se le denomina como tal cuando la acción equivocada se realiza por segunda vez, pero ya cuando se repite una tercera, no existen eufemismos que alcancen ni horario infantil que  proteja o prohíba llamarle como se merece. – ¿Y quien es capaz de cometer semejante sandez?- Pues esos que año tras año se pasan por el arco del triunfo la teoría evolutiva y provocan que Darwin se revuelque en su tumba. Aquellos que les encanta tronar cohetes desnudando al intelecto con cada detonación convirtiéndose en el paradigma de la diversión insana y retrograda. Pero bueno, vamos de nuevo como año tras año a enumerar las diferentes razones por las que esta práctica en definitiva debería quedar abolida.

 

Independientemente de los riesgos a mutilaciones, quemaduras y muertes ocasionales a los que voluntariamente se exponen renunciando al adjetivo “accidental” y adjudicándose el de “merecido”; vamos a lo que verdaderamente nos interesa porque nos afecta a todos por igual y tratare de ser lo bastante breve y conciso para hacérselos lo más digerible posible.

 

Afectación  ambiental y a la salud: las grandes cantidades de plomo y pólvora emitidos a la atmosfera después de haber ocasionado la muerte de aves, insectos y otras especies por intoxicación y que cumplen con una tarea especifica dentro del ecosistema para mantenerle equilibrado,  eventualmente se concentraran por condensación en el subsuelo afectando cultivos destinados a la ingesta del humano y ganado para su consumo. En otras palabras no nada mas no nos será suficiente respirarlo sino que también  vamos a digerirlo.

 

El ruido en su alto grado de decibeles producto de la detonación, repercute negativamente en el sentido de orientación de aves e insectos afectando sus rutas migratorias condenándoles a una muerte segura, en humanos, son las personas con autismo y de la tercera edad  los principales afectados, se provocan ataques de pánico y ansiedad que pueden desencadenar incluso un paro cardiaco. En algunos mamíferos como los perros, gatos, roedores y otras especies domesticas o en cautiverio con una capacidad auditiva de hasta siete veces mayor a la del ser humano resulta letal, el estado de shock inducido produce la adrenalina suficiente para hacerles cometer acciones que bajo condiciones normales no realizarían, intentando escapar al ruido saltan de alturas desmesuradas pereciendo en el intento, o bien sufren daños físicos irreversibles con  elementos de confinamiento peligrosos como rejas, vitrinas y bardas.

 

La basura generada, porque obviamente a nadie le interesa barrer después de su relajito, ira a parar a los sistemas de recolección pluvial y bajantes naturales junto con los químicos anteriormente mencionados y desembocaran a ríos y océanos afectando también a especies marinas.

 

 

Pero accidentes, impacto ambiental negativo y sufrimiento ajeno claro que es algo que  a la SEDENA Y Municipio les importa un soberano cacahuate, pues las ganancias que la imbecilidad humana genera son tan altas que a todos les conviene hacerse de la vista gorda y se opta por seguir otorgando permisos y monopolizando el mercado de la pirotecnia.

 

La única alternativa viable que le queda a los sensatos, es seguir educando y alzando la voz en contra de estas prácticas pues es la perseverancia la que eventualmente cumple su cometido, protegiéndonos y protegiendo a nuestros animales domésticos aunque en el intento queden desamparados aquellos en condición de calle y especies a las que a nadie le queda el tiempo o el recurso para proteger.

 

Aprovecho este espacio para desearles felices fechas y les comento que en el siguiente articulo hablare sobre métodos precautorios que eviten fatalidades como consecuencia de la pirotecnia  anticipando que el más efectivo es la abstención -¡Sí!- claro que se vale soñar y pedirle a Santa una prematura extinción de todos aquellos a quienes les excita escuchar ….¡PUM!

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