Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su llamado a que las “partes en conflicto” en Venezuela dialoguen para buscar una salida pacífica y ofreció que esas pláticas se desarrollen en México.
Evitó condenar a Nicolás Maduro, cuyo gobierno ha atacado a su propia población, e incluso quemó ayuda humanitaria que sería entregado a habitantes de ese país.
Convocó, respetuosamente, a las partes en conflicto a que se sienten a dialogar y a buscar una salida pacífica. No a la confrontación, no a la polarización, no a la confrontación, no a la manipulación, mucho menos a la violencia, esa es mi postura, solución pacífica al conflicto mediante el diálogo”, recalcó
El presidente dijo que no cederá a presiones de los Estados Unidos para reconocer al proclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó.
López Obrador se solidarizó con el periodista Jorge Ramos, quien fue retenido junto con su equipo de colaboradores, tras entrevistar a Maduro en el Palacio de Miraflores.
“Nosotros somos partidarios de la libertad de expresión, del respeto que debe haber para el ejercicio libre del periodismo en México y el mundo.
“Desde ahora le expreso mi solidaridad (Con Ramos) desde aquí”, insistió el presidente.
El titular del Ejecutivo planteó que no busca involucrarse en el tema porque la situación en Venezuela está demasiado polarizada.
Se pronunció, en cambio, porque la ayuda humanitaria para la población venezolana sea entregada mediante organismos neutrales como las Naciones Unidas.
Dijo que no condenará a alguna de las partes en conflicto porque esa palabra corta toda posibilidad de diálogo y limitaría la posibilidad de que México sea sede de pláticas para la reconciliación en Venezuela.
“Sí, si nos lo piden las partes. México siempre estaría en condiciones de ayudar en la realización de un diálogo para conseguir la paz en cualquier nación. Están abiertas las puertas de nuestro territorio para que se dialogue”, planteó López Obrador.
Recalcó que otros líderes internacionales e incluso el Papa Francisco podrían ser convocantes de un diálogo para Venezuela.
