El sismo del 19 de septiembre de 2017 fue uno de los de mayor intensidad en la Ciudad de México.
Investigadores del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicaron que el terremoto causó un gran nivel de daño porque su epicentro fue 280 kilómetros más cercano a la CDMX, en comparación con el de 1985.
Sobre si se puede esperar un sismo de igual o mayor intensidad los investigadores explicaron que “es muy probable”.
Esto debido a que bajo las costas del estado de Guerrero, por ejemplo, existe una brecha sísmica ( segmento donde no ha ocurrido un terremoto significativo en más de 60 años) de 250 km de longitud. Ahí podría ocurrir un sismo de magnitud superior a 8.
Además señalaron que este segmento se encuentra a unos 300 km de la Ciudad de México. Es decir, aproximadamente 150 km más cerca que la zona epicentral del terremoto de 1985.
Estimaciones hechas por sismólogos de la UNAM sugieren que, si este sismo ocurriera en un futuro, las aceleraciones del suelo blando en la CMDX podrían ser, bajo ciertas condiciones, mayores que las del sismo reciente de magnitud 7.1, y de 2 a 3 veces mayores que las de 1985.
Sería particularmente intenso para edificios de más de 10 pisos.
Además, la duración del movimiento del suelo sería mayor que las experimentadas en 2017 (alrededor de 3 minutos en su fase intensa).
