Si empresas transforman su entorno combatirán causas de inseguridad y violencia
Tijuana.- Hoy que el nuevo gobierno federal da a esta frontera la oportunidad de pagar menos impuestos, particularmente el IVA y el Impuesto Sobre la Renta, las empresas deben maximizar este beneficio, transformando el entorno de su comunidad vecina para así ayudar a combatir las causas de la inseguridad y la violencia.
Así lo destacó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), opinando que después de años de plantear la necesidad de una zona libre en la frontera, hoy la federación por fin escucha esta demanda y los empresarios deben ser capaces de distribuir este bienestar.
“Es un parteaguas, tenemos que demostrarnos a nosotros mismos una capacidad de distribución y ser un ejemplo para el país; espero que todos en el sector empresarial estemos a la altura de mostrar que podemos aprovechar y capitalizar esta apertura del gobierno federal para tener una sociedad menos asimétrica”, dijo.
Esta frontera es la piel del país, remarcó, pero no es una línea, es una interfase en la que se tienen los mayores contrastes al ser Estados Unidos el país vecino del Norte, de allí la importancia de que el beneficio de pagar menos impuestos no se quede en el segmento empresarial, sino que impacte a la comunidad entera.
“La actividad comercial, como sector, es una variable clave para el desarrollo sustentable; para que un comercio dure mucho tiempo debe tener un entorno favorable y eso se logra fortaleciendo a la comunidad de la que forman parte, aportando a la reconstrucción del tejido social”, comentó.
En la visión de la nueva administración federal, explicó Zavala Álvarez, lo que se busca es combatir la inseguridad y la violencia en sus causas originales, por lo que la actividad comercial puede y debe contribuir a la prevención social del delito, distribuyendo bienestar en sus comunidades cercanas.
Valdría la pena retomar el concepto de Unidades de Vida Articulada (UVA´s) que se manejó en países como Colombia, donde se retomaron los espacios públicos para hacerlos centros de convivencia; los comercios de cualquier giro pueden ser ese núcleo, una especie de “células madre” que ayuden a construir comunidad.
“¿Qué tal si en un abarrotes, llantera o ferretería hay iluminación en la noche, con dos bancas o mesas afuera, conexión inalámbrica a internet, y una vez a la semana o al mes se encuentran los vecinos allí para ver una película o se instala una biblioteca ambulante, en la que alguien pueda dejar un libro y llevarse otro?”, sugirió.
Añadió que esto sería una forma de construir comunidad con actividades solidarias para sanear el tejido social y no necesitar más policías o más armas, pues a través del comercio no solo se intercambian bienes y productos entre quien tiene y quien necesita, sino que es un vehículo para distribuir cultura, educación, tecnología.
En ingeniería, explicó José Carmelo Zavala, agregar más policías y armas es una solución al final del tubo y no es algo eficiente, porque es como poner un tapón para contener la presión y luego traer un tapón más y más fuerte, eso es lo que estamos haciendo con más policías y armamento.
“Nos enfocamos en producir más y pensamos que eso va a ser en automático una derrama, pero eso no sucede, falta mejorar la distribución; las asimetrías terribles entre quien tiene mucho y quien no tiene nada no se solucionan con un muro, nos ofende el muro con otro país, pero también hay muros internos, casas con bardas tan altas que las calles parecen pasillos y la gente vive en su propia jaula”, afirmó.
Finalmente, recordó que las Cámaras de Comercio de la frontera han sido actores protagonistas, impulsores de esta clase de estímulos fiscales que hoy se obtienen y aunque seguramente estos estímulos y sus reglas de operación requerirán de ajustes, las opiniones y críticas constructivas permitirán ir perfeccionando el modelo.
