Antonio Maya
Tijuana, 08 de agosto de 2022.- En Tijuana las asociaciones civiles son quienes en gran medida apoyan con alimento, a quienes habitan en la calle, debido a que las autoridades gubernamentales no atienden de fondo la problemática.
Roberto, quien hace diez años fue deportado a este lado de la frontera con Estados Unidos, contó a TijuanaEnLínea, que cuando llegó a la ciudad sin dinero y desconocimiento de la cultura de este país no recibió orientación para poder integrarse a la vida económica del municipio.
Mencionó que cuando llegó a Tijuana, no contaba con identificaciones y recursos económicos para obtener algún documento de identidad, por lo que optó primeramente a vivir en las inmediaciones de la canalización del Río Tijuana y la Zona Centro.
Decisión que lo llevó a ser dependiente de algunas drogas, situación que no le permitió integrarse a la economía de la ciudad.
“No hay manera de salir de aquí, el cabrón que llega a Tijuana llega directito al bordo, hay puro desmadre, no hay fábricas, nada que te ayude a salir de aquí. No te ayudan con tus documentos ni nada, está uno solo con su depresión por querer regresar a Estados Unidos”, explicó Roberto, mientras se encontraba en una manifestación en la Zona Norte, dónde se exige al gobierno federal que apoye con recursos económicos a las personas que son deportadas.
VIVIR EN LA CALLE ES COMPLICADO
Roberto dijo que la vida en la calle es complicada debido a que las personas se enfrentan a situaciones complicadas como con la policía.
Aunque aseguró que actualmente ya no tiene problemas con las corporaciones de seguridad debido a que los elementos lo ubican.
Comentó que el poder conseguir comida o un baño también es complicado debido a que el desayunador Salesiano -lugar dónde los apoyan con alimento- constantemente se satura y no les es posible alimentar a todas las personas que habitan en las calles.
