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LA NOCHE DE LOS NAHUALES || Por Benjamín M. Ramírez

by Benjamín M Ramírez

DE LA PORRA FIFÍ O EL PRIMER STRIKEOUT DE AMLO

 

Como respuesta a la rechifla y abucheos en el estadio de beisbol, Andrés Manuel la llamó, la porra fifí…

 

No soy aficionado al rey de los deportes. Aun así, un amigo me invitó por primera vez a presenciar un partido con el entonces equipo Potros de Tijuana. A partir de ahí he disfrutado un sinnúmero de encuentros aunque no comprenda cómo es que se considere al beisbol el juego de estrategias.

 

Lo anterior sale a colación por el hecho de que el presidente de la República es un aficionado y practicante del rey de los deportes. Ha dado más de un batazo largo y llegado hasta home, pasando antes por las primeras bases, —y la tercera—, fue la vencida; después de haber sido ponchado dos veces, siendo el hombre al bat.

 

Andrés Manuel fue invitado al partido de inauguración de los Diablos Rojos, del acaudalado Harp Helú. El presidente tuvo los tamaños y los tuvo bien puestos para asistir a un evento en donde el anfitrión regaló pases de cortesía a sus allegados y acaudalados amigos a quienes colocó en los palcos. Con tanto dinero, los amantes de este deporte pueden ocupar los lugares más privilegiados, ad hoc a su estatus económico.

 

Lo anterior sería irrelevante si no fuera por el hecho de que se trata de la primera rechifla en contra del titular del poder ejecutivo federal. Los defensores de la figura de la primera magistratura nacional hacen eco de que el número de presidentes abucheados en eventos deportivos es grande. Aquí no cabe esta aclaración.

 

Doy por supuesto de que AMLO sabía —si lo ignoraba alguien de su equipo debió avisarle— de que se metía al avispero, —al mismísimo infierno de los Diablos Rojos—  ya por su afición al beisbol, ya por la importancia de que el torneo fuera inaugurado por el presidente de la República.

 

Me llama poderosamente la atención de que fueran los aficionados los que llevaran a cabo la rechifla y abucheos, lanzando descalificativos y gritos, es obvio que sólo representan un porcentaje de la población —minúscula— pero no debe minimizarse.

 

La rechifla representa el descontento y el lagrimeo de quienes han perdido parte con el triunfo de AMLO. Y aquí, en el juego de una de sus pasiones, el presidente se ha dado cuenta de que no la trae todas consigo. Probablemente Harp Helú sólo brindó los pases privilegiados a sus amigos ricos para abarrotar su estadio.

 

Y, es muy obvio que los responsables de la rechifla no desaprovecharon el evento, ni el lugar, ni el impacto mediático para sacar los diablos del encono que traen dentro. Y es muy claro que se asiste a un evento deportivo por la diversión, por la pasión, por el atractivo visual, por el show, por el espectáculo en sí, no para escuchar proclamas ni arengas políticas ni promesas de campaña.

 

Los enemigos políticos de AMLO están sacando raja de la rechifla de los aficionados promoviendo el acontecimiento como el primer traspié o primer out político, el primer ponche, el primer strikeout del primer bateador en el país, en sus primeros cuatro meses al frente de la gestión federal.

 

Sin embargo, el lanzador en el evento de inauguración de los escarlatas no venció al bateador. AMLO salió librado a pesar de haber dado nombre a la porra fifí. Los aficionados no iban a esperar dos horas de discursos y el presidente fue muy cauto al acortar su arenga. Seré breve, dijo.

 

La curva fue lanzada pero resulto bola mala y al presidente se le concedió base por bola. Porque no en todos los eventos, AMLO será el lanzador estrella.

 

En otros rumbos, allá por Chiapas, la maestra Elba Esther Gordillo anda demostrando músculos políticos y sus fueros de lideresa. Tan es así que se le vio afianzando el proyecto político de su yerno en la consolidación de las bases del partido Redes Magisteriales Progresistas, movimiento que apuntaló la campaña del ahora presidente de la República.

 

No admiro a la maestra. Sin embargo, habrá que reconocerle su liderazgo y su pasión por la política y sus retos. Probablemente el primer círculo de la profesora Elba Esther Gordillo ha sabido disfrutar de las mieles que brinda el colegiado sindicalista magisterial. No es el caso del noventa por ciento de los agremiados al SNTE que solo devenga el producto de su esfuerzo, de su entrega y su pasión por el gis y la pizarra.

 

No hablo de las cúpulas magisteriales que a golpe de cuotas sindicales ostentan un cargo por encima de los intereses de sus bases. Decanto la situación que padecen quienes hacen milagros con el aprendizaje de sus pupilos y se adaptan a las circunstancias adversas que más de uno todavía enfrenta y apenas si alcanzan el bono por las horas-pizarrón.

 

Aplaudo que los normalistas salgan con plaza y aun así no se logrará evitar la ola de corrupción que permea las entrañas más recónditas del mayor sindicato en Latinoamérica.

 

La maestra nos ilustra que el púlpito magisterial es el mejor lugar para hacer campaña.

 

Y con estas líneas me uno a las lamentaciones del magisterio por la muerte del profesor Rubén.

 

Concluyo esta entrega para invitarlos a conocer “La Mejor Ciudad del País”, arenga de campaña de uno conocido como el “El Patas”.

 

Ignoro qué podrá ofrecer en sus próximos días cuando, nuevamente candidato, quiera obtener el voto de los ciudadanos de la frontera que enfrentan en lo cotidiano inseguridad, delincuencia, calles deterioradas, retraso en la obra pública y opacidad en la cuenta pública entre otros males.

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